No es cosa sólo de ellas. Los hombres también fingen los orgasmos. De hecho, es muy probable que muchos hombres nunca hayan experimentado el punto de clímax dentro de una práctica sexual.

El cirujano urólogo Fernando Hernández explica que el principal error radica en confundir la eyaculación (expulsión del fluido seminal) con el orgasmo. Deja en claro que, en la mayoría de los casos, ambos resultados coinciden, pero que no es lo mismo. "Cuando hablamos de orgasmos, nos referimos a la intensidad máxima de placer sexual, dentro de una relación", afirma.

En el clímax, que ocurre gracias a fenómenos químicos y orgánicos, se contraen los músculos pélvicos, los vasos sanguíneos se dilatan, y se liberan sustancias como la adrenalina y la dopamina, que hacen que quien recibe placer se sienta fuerte, inagotable e incluso que se inhiba el dolor. "Cuando tienes un orgasmo, nunca lo olvidas", expresa Hernández.

Si al final de una relación sexual no se ha sentido el placer al máximo es probable que no haya tenido un orgasmo y si es muy seguido o nunca lo ha experimentado, o no se siente en máxima intensidad, hay una probabilidad de que presente anorgasmia.

Esta disfunción sexual, que se presenta en hombres y mujeres, se trata de forma individual y su detección se realiza a través del historial psicosexual de cada paciente. En la mayoría de los casos, esta se genera por problemas en el despertar sexual que ocurren en la adolescencia. "En el caso de las mujeres, suele generarse por una negación a la exploración personal (masturbación) o el exceso de la misma, y en el caso de los hombres por experiencias sexuales en las que pudieron sentirse juzgados", explica el urólogo.

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Aquellos que recurren a fingir el orgasmo, para 'quedar bien' con sus parejas están "destinados a la infelicidad". Hernández sostiene que la vida sexual es parte importante de la relación en pareja y que estas disfunciones podrían alterar el día a día. El experto señala que para superarlo es importante buscar la guía de expertos, liberarse de miedos y llevar una vida saludable.

La práctica masturbatoria es normal e importante. Esta exploración define los gustos a la hora del sexo, por lo que propicia la obtención de orgasmos durante un encuentro sexual. Sin embargo, debe realizarse, más allá de forma medida, por las razones correctas. Masturbarse para dormir, para quitarse un dolor de cabeza, o por estrés solo propicia más disfunciones.

No olvides el juego previo.

Comunícale a tu pareja lo que te gusta.

No sobrepienses el acto sexual. Disfrútalo.

Haz ejercicio y come saludable.

Busca ayuda ante cualquier disfunción.