Buena Vida
‘Caliente’ por la fiebre y los vendedores

Lucero Llanos, Guayaquil
Los fanáticos de Pimpinela están acostumbrados a escuchar los enérgicos reclamos de Lucía Galán en su repertorio. Pero el pasado sábado, el público que acudió a ver al dúo argentino al Centro de Convenciones de Guayaquil pudo concerla enojada de verdad.
Llevaban cerca de 40 minutos de concierto cuando la artista explotó. “Cuando dejen de servir las cosas, retomamos el show”, sentenció Lucía. Y esta vez la protesta no era parte de la dinámica que suele presentar junto a su hermano.
Canciones atrás, Lucía ya había pedido a los vendedores que no se pasaran entre las filas de asientos, debido a que distraían a la concurrencia y no dejaban que apreciaran el show.