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Buena Vida
¡Encontró a su estrella porno!
Director de cine para adultos que realizó castings en Guayaquil y Quito aclaró el asunto del pago por las audiciones.
Encontró lo que buscaba, el próximo ‘Nacho Vidal ecuatoriano’. El director de cine porno español Francisco Cruzado regresó a su país el pasado miércoles, pero se llevó consigo los perfiles de quienes calificaron como posibles estrellas de cine para adultos.
El cineasta llegó al Ecuador en octubre pasado para realizar castings a quienes estuvieran interesados en ser actores pornográficos.
Aunque inicialmente se decepcionó porque entre miles de personas que escribieron a su correo para postularse, solo 32 realizaron las pruebas que realizó en Quito y Guayaquil.
De esos 32, solo dos personas ‘brillaron’, a criterio del experto. Fueron una chica, de 23 años y un chico, de 20. Ambos realizaron las audiciones en Guayaquil el pasado 14 de noviembre.
Antes de subir al avión, reveló a EXTRA que muy pronto, a través de la página de Facebook de Mr. Pink Rabbit, productora que pretende fundar la industria de cine XXX en el país, anunciará y revelará al imagen el muchacho que lo impresionó durante el casting.
Detalló que la principio no le tenía fe porque era extremadamente tímido, pero en cuando las cámaras se encendieron todo cambió y se lució. Inicialmente, Cruzado, a quien en el mundo del cine erótico lo conocen como Pequeño Hook, estaba acongojado porque las primeras audiciones no fueron como imaginó. En aquella ocasión reveló que a muchos aspirantes les costaba mantener la erección.
Identificó que el problema radicaba en que “muchos venían a follar y no a actuar”. Sin embargo, prometió regresar para continuar buscando más talentos con quienes rodar una película erótica en el país el próximo año.
El pago era un “filtro”
Cruzado detalló que para audicionar se necesitaba tener un certificado del Ministerio de Salud Pública que confirmara que el aspirante no parecía de ninguna enfermedad venérea o contagiosa, su cédula de ciudadanía y el pago de 50 dólares.
Aclaró que este monto realmente era algo simbólico y que también sirvió como “filtró”. “¿Tú te imaginas que nos pusiéramos a hacer las pruebas gratis? Tuviéramos una cola (de aspirantes) interminables”, dijo, porque muchos vieron este llamado como una joda y como la oportunidad para tener sexo gratis.
Reconoció que muchos se ‘esfumaban’ en cuanto sabían que tenían que pagar por audicionar. Solo los que realmente pretendían hacer una carrera en el cine porno, se quedaron.