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Buena Vida
¿Por qué no le puedes quitar el ojo a las pantallas ajenas?
Todos, en alguna ocasión, nos hemos encontrado espiando la pantalla de otros mientras usan sus teléfonos. Y esta es la explicación de por qué lo hacemos.
Todos en algún momento hemos caído en la tentación de mirar la pantalla de otra persona mientras usa su teléfono celular. Y esa conducta, que seguramente le mereció el título de ‘sapo’ a más de uno, ya tiene nombre: shoulder surfing.
En este estudio, un grupo de investigadores de la Universidad de Munich ha intentado explicar el origen del ‘espionaje por encima del hombro’, como se le denomina en español, para así “comprender mejor la amenaza” que ese comportamiento supone, explicó a S Moda Mohamed Khami, autor del documento junto a Malin Eiband, Emanuel von Zezschwitz, Heinrich Hussmann y Florian Alt.
“Los teléfonos móviles ya no se utilizan solo para hacer llamadas, contienen gran cantidad de datos confidenciales”, apuntó Khami y mencionó que a través del shoulder sourfing se pueden conocer detalles personales como conversaciones vía WhatsApp, fotografías íntimas, correos y hasta saber de qué banco es cliente una persona.
Para analizar este fenómeno, se realizó un experimento en el que se emplearon dos muñecos. Esto para representar una situación en la que uno mira su propio celular mientras que el otro levanta la mirada por encima del hombro del primero para observar qué sucede en su pantalla, sin que esa persona lo note.
Ellos son más sapos
Los expertos concluyeron que los hombres son los más curiosos y tienden a mirar con más frecuencia los dispositivos electrónicos de las mujeres: 44 de los participantes reconocieron haberlo hecho; otros 38, admitieron haber visto los de celulares de otros hombres.
Por su parte, 37 mujeres dijeron haber mirado en qué andaban otras; mientras que un total de 32 observaron qué hacían los del sexo opuesto.
Indiscretos, pero no mal dato
Los mirones no siempre fueron malvados. “La mayoría de ellos observaron a otros involuntariamente o por aburrimiento. Muchos reconocieron que se sentían culpables y ‘no orgullosos’ de haber mirado los teléfonos de otras personas. Pero sí tuvimos algunos casos en los que fue intencionalmente malicioso”, detalló Khami.
Por otra parte, “los observados dijeron sentirse violados, molestos, enojados y una mezcla de otros sentimientos negativos”, agregó. Solo una persona calificó el hecho como “divertido”.
Esta tendencia de mirar lo ajeno parece ser irreversible, pero se pueden tomar precauciones como estar pendientes de nuestro entorno o instalar alguna aplicación antiespionaje para evitar ser víctimas del ‘sapeo’.