En Ecuador, la prescripción de deudas es un derecho legal que protege a los deudores al establecer límites temporales para que los acreedores puedan exigir el pago judicialmente. Sin embargo, no todas las deudas prescriben automáticamente ni bajo las mismas condiciones, y para que esto ocurra es fundamental conocer los plazos, requisitos y el proceso legal adecuado.

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La prescripción significa que, tras transcurrido un periodo establecido por la ley, el acreedor pierde el derecho a reclamar judicialmente una deuda atrasada. Este mecanismo busca otorgar seguridad jurídica, evitando que las obligaciones puedan ser reclamadas indefinidamente.

¿Cuáles son los plazos y qué deudas prescriben?

Los plazos varían según el tipo de deuda y el sector involucrado:

• Sector privado: Las deudas con entidades financieras o casas comerciales prescriben a los 10 años si no se realizan pagos ni se reconoce la deuda.
• Sector público: Para deudas con el Estado, como con el Servicio de Rentas Internas (SRI) o el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), el plazo es generalmente de 5 años.
• Deudas civiles: Por ejemplo, contratos escritos tienen un plazo de prescripción de 10 años, mientras que contratos verbales prescriben en 5 años. Las acciones por daños personales o a la propiedad prescriben en 3 años.

Es importante destacar que para que la prescripción proceda, no debe haber pagos parciales, reconocimientos formales o demandas judiciales durante el plazo, ya que cualquiera de estas acciones interrumpe o suspende el conteo del tiempo.

¿Cómo solicitar la prescripción y qué beneficios tiene?

Para solicitar la prescripción de una deuda es imprescindible contar con un abogado que represente al deudor. El proceso puede hacerse de dos formas: como defensa en un juicio de cobro (excepción de prescripción) o iniciando una acción directa contra el acreedor para declarar la deuda prescrita.

Así, el acreedor pierde el derecho que tiene para ejercer el cobro de la deuda, por vía judicial o coactiva una vez cumplidos los plazos legales. Además, cuando la prescripción es declarada por un juez, el deudor puede solicitar la eliminación de esa deuda de su historial crediticio, mejorando su acceso a futuros créditos.

Sin embargo, es un mito creer que dejar de pagar una deuda hace que esta prescriba automáticamente. La prescripción debe ser declarada judicialmente y requiere la intervención de un abogado para evitar consecuencias negativas como embargos o remates de bienes.

Requisitos básicos para la prescripción:

• Que la deuda sea susceptible de prescripción (no aplica para pensiones alimenticias, por ejemplo)
• Que haya transcurrido el plazo legal sin que el acreedor realice cobros o gestiones legales
• Que el deudor no haya reconocido ni pagado la deuda durante ese tiempo
• Iniciar el proceso legal con asesoría jurídica

Conocer estos aspectos permite a los ciudadanos tomar decisiones informadas y proteger sus derechos frente a deudas impagables o antiguas.

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