Un gusto saludarla. Me llamo Soraida, tengo 41 años y soy de la ciudad de Guayaquil. Tengo un compromiso de varios años, pero siento que a veces no soporto a mi marido. Básicamente el problema radica en que soy una mujer que se llena de coraje con facilidad, por ende, casi siempre paso peleando con mi pareja. Para ser sincera, me es muy difícil estar de a buenas con él. En ocasiones me he propuesto cambiar, pero pasan tres o cuatro días y vuelvo a ser la misma. En realidad, no sé qué me ocurre… Por momentos estoy bien y en otros me place caerle a golpes a mi marido. Ha habido veces que le halado fuertemente la mano, o he terminado rompiéndole la cabeza y hasta he llegado a darle con el palo de la escoba. Sé bien que el problema es personal, ya que de la nada me pongo así, pero luego que sucede esto me arrepiento de hacerlo. Soy la que busca pelear constantemente, pero creería que no depende de mí. Ya no deseo seguir en la misma situación porque en el fondo me hace daño. Desearía poder cambiar y ser una persona distinta, por eso quisiera que me ayude... Dígame, ¿qué hago?

Respuesta:

Eres una mujer agresiva, y el cambio empieza primero por reconocerlo. Has hecho mal las cosas; probablemente seas la causante de la destrucción de tu hogar. Talvez al principio pensaste que atemorizando a tu marido de tal manera ibas a ejercer el control total sobre él, pero por lo visto se te pasó la mano. Lo menos que puede hacer aquel hombre es separarse de ti, pues no creo que siga aguantando tus maltratos, es más, nadie tiene por qué hacerlo, hijita. Debes aprender a controlarte y a dosificar tus emociones, de lo contrario estarás caminando derechito para la consulta con un especialista. La violencia nunca es buena, solo trae desgracias… Te aconsejo asistir inmediatamente donde un psicólogo que te pueda asistir. Necesitas mucha terapia y tu pareja también. Estás a tiempo de restablecer tu vida, siempre y cuando tengas la voluntad de hacerlo. Esto no es un chiste, lo que te sucede es algo serio, así que deberías ponerle atención. Si no soportas a tu marido, mejor pídele que se vaya de la casa o vete tú de allí. Hay muchas maneras de evitarse problemas y quedarte sola es una posible solución. Al menos hasta que cambies de parecer. Todo se puede superar cuando te lo propones de verdad. Pide calma a Dios y él te la concederá. ¡He dicho!

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