Una copa que acompaña los días de menstruación

Existe una copa, que no es precisamente para el vino, pero que goza de la preferencia de algunas mujeres. Se trata de la copa menstrual, una alternativa para sobrevivir a los días del tan “esperado” período de la ‘regla’. Hay de diversos materiales y varios tamaños que se acoplan según la edad, contextura, tipo de flujo y experiencia sexual previa de la mujer.

“Me cambié a la copa por preocupaciones ambientales y las ganas de conectarme con todo lo que soy y mis fluidos”. Así lo expresa Rocío Soria Díaz, una artista multidisciplinaria guayaquileña que cambió su mentalidad, con respecto a la menstruación, desde que empezó a usar la copa: “Dejé de decir que estoy enferma. Ahora estoy en mi período o en la luna. Es estar conectada contigo misma”. Los beneficios que ella destaca por el uso de la copa van desde la reducción de su impacto al planeta, disminución de cólicos, menos de días de menstruación (antes menstruaba de 7 a 10 días y ahora de 3 a 4), reducción de infecciones y utilidades económicas: “Inviertes en una copa y te puede durar de 5 a 10 años”.

Si bien es cierto que la copa menstrual ofrece algunos beneficios como su flexibilidad, practicidad, seguridad, no irritación, entre otros; la doctora Andrea Flores, recomienda tener en cuenta ciertas consideraciones en el uso de esta alternativa: 1) El tipo de flujo menstrual de cada mujer. Esto influye en el momento de elegir el tipo de copa que se acople correctamente. 2) Aunque la copa esté elaborado por un material flexible, como la silicona, se debe estudiar la amplitud del canal vaginal. La colocación de este producto se la realiza con los dedos. 3) La asepsia de la mujer es muy importante para evitar la propagación de bacterias. El manejo de este producto implica un contacto íntimo con el canal vaginal.

Andrea Naula, ingeniera en producción audiovisual, utiliza la copa cuando tiene alguna ocasión especial. La razón que la motivó a probarla fueron sus ganas de continuar con el hábito de nadar en la piscina aún en los días de período menstrual. “El beneficio es que puedes llevarlo puesto y nadie la nota, ni tu misma. Entonces lo puedes aplicar para ir a la playa o hacer deportes con mucho movimiento”. Naula destaca la comodidad del uso de este producto, pero no cuando se trata de limpiarlo: “Es un poco incómodo hacer el desecho y la limpieza de lo que recolecta la copa cuando se está fuera de casa”.

Cuando Elaine Silva, guayaquileña de 29 años, consultó un libro de ginecología natural, estudió algunos aspectos negativos sobre las toallas sanitarias y los tampones. Esto la motivó a realizar un cambio en su vida hace 4 años, cuando decidió adoptar acciones que sean amigables con el cuerpo humano y el medio ambiente. Ella, al igual que Rocío, pudo comprobar la disminución de los días de menstruación y las molestias menstruales como los cólicos: “Ya no tengo que gastar todos los meses en toallas y tampones. Utilizo la copa en todos los períodos del mes”. Ella comenta la importancia de aprender la correcta colocación de la copa para evitar que se filtren los sangrados: “Cuando te la pones bien no te molesta para nada, además es hasta muy cómoda”: