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Buena Vida

Crónicas del cuarto rojo: Cuando una pareja cumplió la fantasía de hacerlo en un camping

Alguien que iba de vacaciones acabó con hacer su sueños realidad

Pareja cumplió una fantasía.
Pareja cumplió una fantasía.Cortesía

En mi época de estudiante, cuando tenía vacaciones en la ‘U’, compraba boleto de avión y me iba al sur hacia tierras gauchas o chilenas.

Aunque podía ir a cualquier lugar, prefería hacer reservas en un camping cerca de las montañas.

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En uno de esos, encontré un lugar paradisíaco, cerca de Santiago de Chile, donde ya me había reencontrado con un ex. Pero eso es otra historia.

Me dieron hospedaje frente a la cabaña de una familia de franceses de unos cincuenta años de edad que tenían un hijo de 25. Era rubio y con ojos verdes. Muy pecoso.

El chico se sorprendió al ver que llegaba sola, sin padres o amigos. Hablaba un poco de español y comenzó a considerarme como una más de la familia.

Por la noche, no podía faltar la fiesta. Con Vincent, así se llamaba el hijo del matrimonio francés, decidimos ir a caminar juntos. Estaba hermoso, con su cabello rubio, un poco largo, una camiseta que marcaba sus músculos y unos jeans rotos. Mientras yo iba con un vestido negro que se movía con el viento y dejaba ver mis piernas.

El ser vecinos de camping me daba mucho morbo. Sentados en el césped, me acercó su cara de niño malo y supe cómo es el verdadero beso francés. Estuvimos unos buenos minutos así hasta que nos metimos en la autocaravana de su familia.

Eran más de las cinco de la madrugada y todo estaba en silencio. Cumplía mi fantasía de hacerlo en un camping. Lo prohibido me multiplicaba las ganas y el vidrio empañado de las ventanas quedó de constancia.

Antes de eso había soñado con mantener relaciones sexuales en lugares extraños o insólitos. En ese tiempo no había muchas opciones en Guayaquil (o más bien mis ex parejas no eran muy divertidas en la cama), así que lo llegué a cumplir en otras tierras.

Quedamos para el día siguiente para continuar. Aquellas vacaciones fueron inolvidables. Aquel matrimonio me invitó a ir a visitarlos a París en alguna ocasión. Pero por supuesto que fue el hijo quien se mudó a Ecuador.

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