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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

Cuando la magia femenina se junta

La luna y los elementos naturales son los aliados para la curandería y los procesos de sanación de las personas. El ciclo menstrual se liga directamente con el ciclo lunar, según la medicina tradicional.

Las mujeres se reunieron para hacer cánticos en homenaje a la tierra.

Las mujeres se reunieron para hacer cánticos en homenaje a la tierra.Karina Defas y Cortesía / EXTRA

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Para empezar, prendieron un atado de salvia, planta conocida por tener poderes de limpieza, así se “irán las malas energías”, dice una de las mujeres. Ellas visten faldas largas y algunos amuletos en las muñecas, no son mágicos, pero ellas dicen que la magia está dentro de cada persona.

Así inició el conversatorio sobre magia, curandería, astrología y sabiduría femenina, en La Floresta, norte de Quito.

“Con el último equinoccio, que llegó el 21 de marzo, inició la era de la zumag warmikuna (mujeres)”, dijo la moderadora. Es decir que el poder femenino se ha despertado.

“La magia se basa en conjugar los elementos de la naturaleza”, expresó Solange Altamirano, experta en sexualidad sagrada y medicina tradicional.

Su abuelo fue quien le heredó los conocimientos. Oriundo del sector de La Esperanza, era él quien atendía los partos de las mujeres de la comunidad. Ella trabaja con la sexualidad sagrada y la ginecología natural.

Formas de cuidarse

Según Solange, en la naturaleza se encuentran todos los elementos para el cuidado ginecológico de las mujeres.

Estos conocimientos agrupan remedios herbolarios como sustitutos de medicamentos químicos para el alivio sintomático, estos remedios también tienen un uso preventivo y de tratamiento a algunas enfermedades comunes de baja morbilidad. La práctica también agrupa ejercicios de autoexploración e identificación de las etapas ginecológicas que implican la ovulación, fertilidad y menstruación.

Ella puso como ejemplo los “huevos de obsidiana”, que son colocados dentro de la vagina para sanar violaciones o abortos. “Se los usa mientras dormimos y nos conectan con las memorias antiguas y sanadoras”, sostuvo.

Existen otros de piedras semipreciosas, con objetivos más espirituales como avanzar en los caminos emprendidos. Además de los huevos de piedra luna para regularizar el ciclo menstrual, que son para usarlos en el día.

“Los de jade tienen una tradición milenaria”, comentó. Los emperadores chinos hacían que sus consortes los sostengan en la vagina para que la musculatura se ejercite. “Esto es importante saber para una sexualidad plena y saber absorber los nutrientes luego del orgasmo”, explicó.

Según la experta, los fluidos masculinos y femeninos son muy ricos en nutrientes. “Son capaces de dar vida”, comentó.

Por otro lado, las frutas cítricas serían ideales para la anticoncepción, además de lubricantes. “Ahora recetan fármacos anticonceptivos para muchas dolencias ginecológicas, cuando cada cuerpo es distinto”, afirmó.

La luna y la feminidad

Según Nantar Inga, mujer medicina amazónica, este astro influye en la vida de las mujeres y su menstruación, aunque no sean conscientes de ello.

“Las mujeres somos cíclicas, entramos a la luna nueva, a la abundancia, la sentimos en la pelvis”, comentó.

Las mujeres atraviesan las cuatro fases de la luna: luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante.

“En la luna nueva el cuerpo se llena de agua, se siente en los pechos y en la pelvis. La energía de la pareja se la expulsa con la menstruación”, dijo.

Para Nantar, la luna llena es sinónimo de la maternidad, la fertilidad y la seducción. Cuando empieza a menguar las mujeres pasan a ser sanadoras, a través de la intuición. “Todas tenemos la capacidad de leer los mensajes del universo”, comentó.

En la historia, los calendarios lunares fueron ampliamente utilizados en el mundo antiguo, tanto por los babilonios como los egipcios. El mes de alrededor de 30 días es una aproximación del ciclo lunar.

En la mitología griega, por ejemplo, hay tres diosas asociados a la Luna: Artemisa, asociada con la luna creciente; Selene, vinculada a la luna llena y menguante, y Hécate para las fases menguante y nueva. Para los romanos, la luna era asociada con Diana, protectora de la caza y de la noche.

En la cosmovisión andina, en particular, la luna dentro de la agricultura se toma muy en cuenta para la siembra; la cosecha, y en la vida de las mujeres en su ciclo menstrual al igual que su fertilidad.

En la cosmovisión andina, la luna es como una madre que da ciertas señales para la vida agrícola y las decisiones personales.

“Ella da las pautas para la siembra y cosecha de los alimentos”, afirmó Nantar.

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