Miles de recicladores trabajan cada día en la sombra, recuperando materiales reutilizables que de otro modo terminarían en vertederos o ríos. En Ecuador, su labor representa el primer eslabón de una cadena clave para la sostenibilidad, pero sigue siendo informal, precaria y poco reconocida. 

En el marco del Día Mundial del Reciclaje, que se celebra cada 17 de mayo para promover prácticas responsables en la gestión de residuos, se vuelve indispensable mirar hacia quienes sostienen silenciosamente este sistema: los recicladores de base. Su trabajo no solo reduce el volumen de desechos, también evita emisiones contaminantes y prolonga la vida útil de los materiales.

Una labor esencial que sigue en la informalidad 

Según datos del Proyecto de Gestión de Residuos y Economía Circular Inclusiva (GRECI), en Ecuador se generan alrededor de 5,3 millones de toneladas de residuos sólidos cada año, de los cuales un 89 % podría aprovecharse. Sin embargo, solo se recicla un 4 %, y apenas un 1 % corresponde a residuos orgánicos. La brecha entre lo que puede reciclarse y lo que efectivamente se recicla muestra la urgencia de estructurar un sistema eficiente que valore la tarea de los recicladores.

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María Fernanda Rumbea, directora de Recicla Latam Ecuador, explicó a EXTRA que en el país existen aproximadamente 30.000 recicladores de base. Ellos recolectan plásticos, cartones, papeles, metales y otros materiales directamente de la basura doméstica, expuestos a condiciones de insalubridad.

Sin políticas públicas no hay reciclaje inclusivo

La gestión de residuos en Ecuador es competencia de los municipios y, al no existir una norma que obligue al reciclaje, la participación ciudadana depende exclusivamente de la voluntad individual. Esto genera una estructura débil, que descansa casi por completo en la acción de los recicladores.

“Hoy por hoy, si una persona separa sus residuos y los entrega al recolector común, todo terminará enterrado en un relleno sanitario”, explica Rumbea. Todo el contenido recogido debe depositarse en el relleno, sin importar si contiene materiales reutilizables.

Para contrarrestar este modelo, el Municipio de Guayaquil creó la empresa pública Circular EP, que busca implementar una nueva gestión basada en economía circular. En este contexto, Recicla Latam ha firmado un convenio de cooperación con Circular EP para capacitar y fortalecer a los recicladores. La fundación ya tiene registrados a 400 recicladores solo en Guayaquil.

El trabajo de los recicladores de base

La falta de reconocimiento a estas personas sigue siendo algo recurrente. Rumbea persiste en la idea de establecer un sistema nacional, no solo local, con censo, carnetización y dotación de herramientas para formalizar esta labor. “No se trata de convertirlos en empleados municipales, sino de establecer un orden que dignifique su trabajo y les dé estabilidad”, indicó.

A través de programas de formación y empoderamiento, Recicla Latam busca cambiar la percepción colectiva sobre los recicladores y, sobre todo, cómo se perciben a sí mismos. “Muchos podrían tener vergüenza de decir que trabajan con basura. Nosotros los llamamos héroes ambientales”, afirmó.

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