Diez horas para hallar el mate
En comunidades de la Amazonía elaboran sus utensilios de cocina, pero el principal elemento lo obtienen de los árboles que están en las montañas

Beatriz Ushca junto con sus hijos transforma la corteza del mate.
En las comunidades amazónicas aprovechan todo lo que la naturaleza les provee. Con determinado producto elaboran sus utensilios para servirse sus alimentos.
Se trata del conocido mate o bototo al que someten a un largo proceso para hacer cuencos, platos y hasta cucharas.
Esta práctica ha sido transmitida por generaciones. El historiador Pedro Reino explicó que el mate era utilizado desde la época de la cultura Valdivia, hace unos 3.500 años antes de Cristo. Los valdivianos no desperdiciaban nada del fruto, la corteza la utilizaban como vajilla y la pulpa como alimento.
Esta costumbre que empezó en la Costa se extendió a otras culturas indígenas, en especial de la Amazonía, y se mantiene hasta la actualidad.
El mate es un árbol que pertenece a la familia bignoniaceae y llega a medir hasta 5 metros. Crece en zonas subtropicales. Actualmente se lo haya en las montañas.

REPOSO ANTES DE ABRIRLOS
Dominga Week, de 55 años, artesana de Yukiantza, otra de las diestras en elaborar utensilios con mate, explicó que después de haber obtenido la pulpa, la corteza que puede ser de forma redonda y ovalada, se la deja reposar durante 24 horas para abrirla. “La naturaleza es sabia. Si la abrimos apenas se la cultiva, se parte y ya no sirve para nada”, dijo la mujer.

Pasado el tiempo de reposo se extrae la pulpa que es utilizada como medicina natural.
Pedro Reino manifestó que los nativos que vivían en medio de la montaña utilizaban el mate y elaboraban los pilches, cucharas, platos e incluso muchos utilizaban el recipiente como sistema de refrigeración para mantener las comidas en buen estado y las bebidas frescas.
“Con la modernización se han cambiado las vajillas de mate por las de porcelana”, mencionó el historiador tungurahuense.
El mate, conocido en México como la calabaza del peregrino, se cultiva en zonas subtropicales. En la Amazonía los nativos solían sembrarlo en las fincas, pero desde la llegada de los colonos, hace más de cien años, “los cultivos se han desplazado a las zonas montañosas”, dijo Dominga Week.
En la actualidad, familias de las comunidades adentradas en la montaña aún aprovechan el producto. (YIE)