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Diario Extra Ecuador

Divino Niño, amigo y protector

Concatedral santuario del cantón Durán, escenario de ruegos y agradecimientos a Jesús, el Salvador, en su infancia

La principal representación del Divino Niño Jesús en el emblemático templo de Durán.

La principal representación del Divino Niño Jesús en el emblemático templo de Durán.Amelia Andrade

Isabel Campuzano
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De rodillas, ante el Divino Niño Jesús, el lojano Efrén Curay, de 63 años, agradece por tener salud. Al salir del oratorio de la concatedral santuario del cantón Durán, provincia Guayas, el policía jubilado menciona que es devoto de esta sagrada imagen desde el año 1996, cuando comenzaron a construir el templo.

Él prometió apoyar en la obra junto con su esposa y en ese tiempo nació su devoción. Por ello, periódicamente acude a postrarse ante la representación y participa de los actos en su honor.

Él cree que Jesús Niño lo ha bendecido manteniéndolo sano. Se convenció de aquello la tarde de un domingo cuando iba con su esposa a oír misa. A aproximadamente una cuadra de la iglesia unos tipos los sorprendieron y empujaron la bicicleta en que se movilizaban. Sacó su arma de dotación y trató de defenderse, pero no salieron los tiros y corrió, mas uno de los asaltantes le disparó y se le llevaron la ‘bici’. En el lado izquierdo de su abdomen conserva la huella de aquel ataque que no le causó mayor daño.

“Es un milagro del Divino Niño. Me salvó mi carrera, mi vida y la de mi esposa”, resume el creyente. Su fe aumentó y se propuso difundir la creencia.

Hace más de dos décadas, el lojano Efrén Curay volcó su devoción al Divino Niño Jesús.

Después de ese asalto, Curay adquirió una imagen y la llevaba a sus parientes en su ciudad de origen, Celica, Loja. Pero en el viaje, en la madrugada, cuando iban por Arenillas, unos asaltantes desvalijaban a los pasajeros.

Él se despertó por la bulla y vio que estaban en una guardarraya. Los asaltantes los bajaron y también rebuscaron en las pertenencias.

La devota María Inés Román entregó la primera imagen del Divino Niño a la iglesia de San José que existía hace dos décadas en el sector. Después empezó a propagarse la devoción y comenzó a construirse el santuario. 

Uno de los ladrones lanzó el cartón con su Divino Niño. La efigie se quebró. Una sobrina del exagente trató de restaurarla  y “aún la conservan”, dijo.

A más de perder el dinero y el reloj que llevaba, Curay resultó ileso en ese asalto. Por esta y otras situaciones, él agradece al Divino Niño, es él quien lo acompaña, es su amigo y protector.

Un siglo y cuatro décadas de consagración

Desde el 28 de mayo pasado en que el santuario fue reabierto, el devoto lojano y muchos otros creyentes acuden a hacer sus plegarias, a bendecir agua, estampas y otros objetos que usan como vínculo de su fe.

“Nuestra gente es muy devota y siempre piden bendiciones”, precisó el rector del santuario, padre Ángel Clavijo, quien adelantó que vía online se recordará el aniversario de consagración del santuario. (IC)

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