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Referencial. El matrimonio es un paso importante que definirá la relación de la pareja.Internet

¿Es normal tener dudas antes del matrimonio?

La incertidumbre puede nacer por influencias de personas que probablemente han pasado por un divorcio.

Las dudas antes del matrimonio son normales. Estas interrogantes hacen reflexionar sobre el rumbo que tomará la vida a partir de ese momento. Y es ahí donde empieza el dilema.

Es que para el especialista en relaciones de pareja, Joel Onofre Santistevan estos puntos de inflexión marcarán la vida de los recién casados. “Todas las parejas que llevan años de noviazgo se plantean una vida juntos, y es ahí cuando nace la idea del matrimonio”, dice Onofre, ya que una boda es un paso decisivo en la vida de los enamoradas y hacerse preguntas durante las semanas anteriores forma parte de la necesidad de pensar en todo lo que implica cambiar de estilo de vida.

“¿Somos el uno para el otro?” Es una de las preguntas más comunes que se hacen los enamorados antes de ’ponerse la soga al cuello’. “Si la decisión de casarse se la toma basada en una relación donde priman los viajes, el sexo ocasional y los ratos chéveres, es recomendable hacer una pausa y preguntarse: ¿Estoy dispuesto a vivir las 24 horas al lado de él o ella?”, dice el experto, quien menciona que en el noviazgo hay que evaluar el rumbo de la relación de pareja, proyectos en común y saber si se es capaz de estar al lado de la persona ’amada’ todo el tiempo.

En muchos casos, casarse significa consolidar un estilo de vida en el que se convive con la pareja de manera cotidiana. Es decir, que el matrimonio puede resultar problemático para algunas personas acostumbradas a ver a su pareja de manera esporádica. “Las incertidumbres sobre la convivencia son habituales antes de matrimonio. Resulta que no es lo mismo disfrutar de vez en cuando que ver todos los días a la misma persona”, dice.

Las dudas antes del matrimonio también son una respuesta a la presión social que se experimenta una vez que se ha pasado por el altar. Fundamentalmente, el entorno de las personas casadas espera que no se divorcien ni se separen. Aunque el divorcio —precisa Onofre— sea una posibilidad, no implica que —estar divorciado o no— sea lo mismo a los ojos de los demás. “En los mejores casos una separación de este tipo genera decepción y tristeza en otros, y en el peor de los casos, también produce estigmatización”, aclara.

Por eso, muchas personas que se van a casar no solo piensan en su relación con la persona a la que aman; también piensan en el posible impacto en su familia y en su círculo de amistades que tendría un divorcio o una separación.

Sin embargo, para la doctora en psicología Alicia Gilces otra duda que asalta antes de “dar el gran paso” es pensar que ya no se podrá ser blanco de cortejos. “Estar casado prohibe dejarse seducir por otras personas en un sentido romántico o sexual. Y es ahí donde supuestamente los novios creen perder oportunidades de conocer a otros posibles amantes o incluso potenciales maridos y esposas”, explica.

La pregunta más clásica que suelen plantearse es si están preparados para casarse, porque piensan que el matrimonio solo es para los que han tenido experiencias fallidas y están conscientes del paso que dan. “Esto es en parte cierto, pero no hay que exagerar la importancia de la experiencia previa; en muchos aspectos, se aprende a estar casado sobre la marcha”, afirma la experta.

Por eso, los psicólogos recomiendan pensar en todos los puntos antes mencionados antes de casarse para que la duda o la incertidumbre se aprovechen de tener una vida feliz al lado de la persona amada.