Buena Vida
Regresó para recibir su premio mayor
Eduardo Pérez es el músico que acompañó a Mirella Cesa con los instrumentos andinos durante su presentación en Viña del Mar. Contó que salió de su natal Chile por la dictadura de 1973, cuando estaba prohibido hacer música folclórica.

Eduardo tiene 57 años y la mayor parte de su vida la ha dedicado a la música.
No terminaba de poner un pie fuera del escenario de la Quinta Vergara, cuando el teléfono de Eduardo Pérez parecía reventar de llamadas y mensajes de texto.
No lo podía creer: tenía felicitaciones hasta de los habitantes de su pueblo natal Antofagasta, la ciudad del norte de Chile de la que salió hace más de cuatro décadas empujado por la dictadura de Augusto Pinochet, con la idea de no dejar que se apague la música andina que componía.
Fue tan impactante la presentación de Mirella Cesa que sus propios coterráneos lo reconocieron como uno de los músicos que la acompañaron durante la presentación de su canción ‘La Corriente’, que le hizo ganadora de la Gaviota de Plata en el festival de Viña del Mar.
Eduardo era el hombre que estuvo junto a la ecuatoriana durante su show, vestido de blanco con un blazer celeste y cuyos dedos se perdían entre las cuerdas del ronroco (un tipo de charango) y de la zampoña que colgaban de su cuello.
El chileno, de 57 años y radicado en Ecuador hace 32, es el director de la agrupación Wankara, que hizo el acompañamiento musical a Cesa durante ese espectáculo. Los dos instrumentos que se turnaba para tocar le dieron ese toque folclórico a la melodía, que es el ‘ingrediente’ principal del andipop que interpreta la artista.
Pero el rol de Eduardo en la carrera de Mirella empieza hace muchos años, porque fue él quien le enseñó a tocar el charango, instrumento que se asemeja a una guitarra pequeña y que produce los sonidos agudos que caracterizan al folclor andino.
“Era su profesor y luego se dio la oportunidad de compartir escenario con ella y nos fuimos de gira por Estados Unidos, Puerto Rico y algunas partes más. Ya tengo mucho tiempo tocando con ella”, precisó el músico a EXTRA desde Chile, a través de una llamada telefónica.
Al otro lado de la línea, la voz le temblaba de la emoción. Desde 1970, cuando se fundó su grupo Wankara, que además está integrado por otros ocho músicos, jamás habían recibido un reconocimiento tan grande como la anhelada Gaviota de Viña del Mar.
“La experiencia fue formidable. Hemos pisado algunos escenarios de Latinoamérica y también de Europa y no es lo mismo. Todos los chilenos saben que el ‘Monstruo’ siempre está presente en la Quinta Vergara y si no les gusta algo, los bajan del escenario y se acabó” , comentó con la misma seguridad con la que subieron a escena.
¡Prohibido tocar!
A Eduardo, lo ocurrido las noches del pasado viernes y sábado le parece maravilloso, justo por cómo empezó su travesía por el mundo. Eso lo traslada hasta 1973, al golpe de Estado que ocurrió en Chile en ese año, con el cual empezó el régimen de Pinochet y estaba prohibido interpretar música andina.
Los artistas de este género fueron confinados a la clandestinidad, pero otros, como Wankara, decidieron migrar para no dejar morir este arte.
“Nos fuimos a Alemania, Italia, España, llevando nuestra música. Visitamos Ecuador en 1980 por primera vez...”, empezó su relato de cómo se ‘enamoró’ de Ecuador.
Añadió que ahora el único integrante chileno de Wankara es él, pero que se siente tan ecuatoriano como los otro ocho integrantes. No obstante, le ‘sabe’ bien haber sido la excepción a la regla de que “nadie es profeta en su propia tierra”, porque volvió a Chile para hacer que un ‘monstruo’ lo aplaudiera de pie.
“Creo que el tiempo de Dios es perfecto y estaba escrito que íbamos a recibir algún reconocimiento de nuestro país y en este caso lo hicimos con Mirella, que es ecuatoriana, y aunque soy de Chile, la mitad de mi vida es Ecuador”, apuntó.
Se despidió con la certeza de que Viña del Mar 2018 les cambiará la vida, no solo a Mirella, sino también a ellos, que estuvieron a su lado. Lo supo desde que tomó su teléfono en aquel cuarto de hotel que lo escuchó sonar toda la noche y en el que se acostó a dormir sonriente y satisfecho de no haber desmayado en su amor por la música andina cuando se lo prohibieron.
Una semana en chile
“Soy una mujer bendecida”
“Me siento una mujer bendecida, gracias Dios, gracias a mi familia ecuatoriana, a todos mis seguidores, esta Gaviota es para ustedes”, dijo la cantante Mirella Cesa.
Tras su éxito, la artista permanecerá en Chile durante esta semana, pues realizará una gira promocional por el país. “Al día siguiente de haber ganado la Gaviota, Mirella se detuvo en el tradicional reloj de flores que está en el centro de Viña para tomarse fotos. De inmediato, la gente la reconoció y se le acercó para darle las felicitaciones, a tomarse selfies y pedirle autógrafos”, dijo su manager, Jorge López.
Para la ecuatoriana, este fue su octavo intento por participar en el Festival de Viña.
Mirella tiene en la mira seguir con su internacionalización, y este año tiene varios países en agenda, entre ellos México y otros de Centroamérica”, comentó su manager.
(RVV)
PILAS CON ESTO
El Golpe de Estado
El golpe de Estado en Chile se dio el 11 de septiembre de 1973, para derrocar al ese entonces presidente socialista Salvador Allende.
Censura
La dictadura militar en Chile acarreó una serie de censuras, entre ellas a algunas manifestaciones culturales. La música se vio afectada.
Viña del mar
El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar es el mayor y más conocido festival de América Latina y empezó el 21 de febrero de 1960. Tiene un aforo de aproximadamente 15 mil personas.