Buena Vida
Nuevos rituales post-parto, entre la salud y la controversia
Comerse la placenta o convertir el cordón umbilical en arte son algunas de las polémicas prácticas post-parto de los último años.
La tendencia de comer la placenta luego de dar a luz ha sido propulsada por celebridades.
En 2015 —luego de dar a luz a su segundo hijo, Saint West— Kim Kardashian anunció en sus redes sociales que ingeriría la placenta de su recién nacido.
Para ello, la socialité sometió ese órgano efímero a un proceso de deshidratación, para luego ser almacenado en cápsulas que tomó a diario. “Cada vez que tomo una pastilla siento una inyección de energía y me siento saludable y bien. ¡Se lo recomiendo a cualquiera que esté considerándolo!”, contó Kardashian en su app en aquella ocasión.
Como ella, son cada vez más las madres que optan por esta alternativa, que es conocida como placentografía. Los defensores de su consumo, alegan que contiene nutrientes, células y vitaminas que ayudan a superar el parto y a prevenir otras dolencias. La mayoría de mamíferos placentarios la practican, aunque no está claro si lo realizan por una cuestión ‘natural’ o, simplemente, lo llevan a cabo por instinto, para no dejar ningún rastro de nacimiento de una cría, en defensa de otros animales depredadores. Sin embargo, hay detractores de esta tendencia, que consideran que se trata de algo desagradable o incluso, innecesario.
La técnica utilizada por Kardashian es una de las más comunes cuando se trata de consumir la placenta. Consiste en deshidratar la placenta (alrededor de 8 horas) y luego encapsularla para que la mujer pueda ingerir las pastillas.
Otras famosas que han afirmado haber comida la placenta de sus bebés son Katie Holmes y Alicia Silverstone.
En el país también se puede acceder a esta opción a través de sitios especializados, como Continuum, que promociona sus servicios a través de Instagram.
Otras prácticas
-Cordón umbilical
Según el ginecólogo guayaquileño Juan Carlos Quintero algunas madres optan por la conservación de la sangre del cordón para preservarla en un banco de células madre. La idea —explica— es usarla en el futuro en caso de que el bebé lo necesite, ya sea por leucemia u otra enfermedad. Esta decisión es tomada por la madre en el momento de dar a luz.
Ana González, de 28 años, vivió esa experiencia cuando alumbró a su primer bebé. Ella cuenta que por decisión propia gestionó el trámite de la conservación de la sangre.
En otros casos, las madres prefieren conservar el cordón umbilical de sus hijos. Algunas incluso, lo convierten en arte, plasmándolo en cuadros u otros elementos como pulseras o colgantes. En las redes sociales, madres de todo el mundo comparten este tipo de creaciones con el hashtag #umbilicalcordart.
-Seeding
Según publica Infobae, la práctica médica llamada Seeding se realiza en Inglaterra, Australia y Estados Unidos y consiste en untar al bebé recién nacido por cesárea con el flujo vaginal de su mamá. Aunque tiene seguidoras en distintos países, no ha estado libre de polémica pues se asegura que no existe una evidencia científica de que esto resulte beneficioso para el neonato.