Buena Vida
Entró a los reinados para ‘hacer presencia’
Jenny GÜillín, reina de Colta, cuenta que la ‘obligaron’ a concursar en un certamen, pero este le abrió muchas puertas.

Cuando era niña le tenía miedo a las cámaras.
El mundo de los reinados, que tantas satisfacciones le ha dado a Jenny Güillín, lo conoció porque ‘la obligaron’. La Reina de Colta, de 21 años, recordó que su primera vez en un certamen fue para “hacer presencia”.
“El programa de televisión producido por mi familia debía inscribir una candidata. Mi tío insistió en que fuera, no quería, pero me dijo que no importaba si perdía”, manifestó la joven indígena, quien ahora recuerda aquella experiencia con humor.
A pesar de que no ganó, el concurso le sirvió como ‘ventana’ para emprender un negocio de diseño de ropa indígena de gala. “Mi tía me apoyó y comenzamos a dar ideas para que el traje no perdiera sus raíces, pero a la vez que sirviera para estos concursos; aunque no gané, la gente comenzó a preguntarme dónde lo había comprado y empezó el emprendimiento de mi tía”, señaló.
Luego se inscribió en otro concurso en representación de una cooperativa de ahorros. Esta vez fue su tía que la incentivó. Fue allí cuando quedó como Ñusta (reina) Andina y posteriormente Virreina de Reinas del Ecuador.
Como soberana indígena, Jenny ha tenido que recorrer poblaciones y nacionalidades y ha aprendido mucho sobre las costumbres y tradiciones de sus hermanos. Esto es lo que más agradece de este tipo de eventos.
Toda su familia ha estado ligada a la comunicación y el arte. A los 14 años empezó a trabajar en un programa de televisión local junto a su padre y tío. Por tres años también acompañó a su papá en un programa musical de radio. “Siempre estaba conmigo en las buenas y en las malas, y ahora destaca en todo lo que se propone”, dice con orgullo su papá, Manuel Güillín.
La actuación es su nuevo reto
La reina bromea con que su propio padre incentivó su timidez ante las cámaras y también quien se la quitó. “Era muy tímida, no me gustaba, y mi papá me traumó desde niña. Compró una filmadora y no había momento en el que no me grabara”, dice Jenny entre risas.
Aunque se desenvuelve en varios ámbitos (porque es productora, presentadora, locutora y modelo) ahora incursiona en la actuación.
Culmina la grabación de un cortometraje en el cual ella es la protagonista y comenta que lo más difícil de la actuación son las escenas de besos, sobre todo cuando su compañero no está preparado. “Me ha tocado que empiezan a reírse y me desconcentran”, admite.
Algo que la conmueve y empuja a salir adelante es que su familia, a pesar de no tener estudios en comunicación social, se ha autopreparado y no dejado de emprender.
“Los admiro mucho e intento objetivos más altos”, comenta, y por ello estudia Comunicación social, porque también cree que la preparación académica es importante.
La joven ha montado un pequeño estudio televisivo en su domicilio, donde realizan un programa de variedades e impulsan a los artistas indígenas de Chimborazo.
La reina también abrió su propio canal de YouTube.