El 2018 fue un año de cambios muy extremos para Jasú Montero. La presentadora y cantante se da tiempo para su hija el canto y la televisión.

Disfruta al máximo de su pequeña Leonelita, de 4 años, quien lleva el arte en los genes, pues la niña actualmente practica ballet.

“Tengo personas que me ayudan y me apoyan con Leonela, pero trato de almorzar todos los días con ella para disfrutarla”, indica Jasú.

Al principio, confiesa que la niña era celosa con sus fanáticos cuando le pedían fotos, pero ya con el pasar del tiempo comprendió la situación. Incluso ahora a ella le gusta formar parte de las fotos y ha logrado entender su trabajo.

Cuenta que mantiene una excelente comunicación con su expareja y eso ayuda a que su hija se sienta tranquila, pues, a su criterio, un padre es fundamental.

La cantante asegura que cumplió sus metas en este año como solista y se graduó de licenciada en Comunicación Escénica.

Estar 14 años en el grupo Candela y Son le enseñó lo suficiente para ahora dedicarse a trabajar como solista.

Pese a que cumplió todo en este 2018, no se quedará de brazos cruzados y espera en el 2019 incursionar con nuevos géneros musicales como cumbia, pasillo y bachata.

Cuenta que creció escuchando rockola y ama ese tipo de música e incluso la canta.

“Un artista debe ser versátil y me enfocaré en el año venidero en eso”, recalca

De todo lo negativo saca provecho y así ha logrado cosas buenas.

“Todo lo que pase en tu vida es aprendizaje para el presente y para el futuro”, añade.

Sobre las críticas, no se enfoca en eso y peor en redes sociales, por lo que simplemente bloquea a la persona y trata de subir contenido siempre positivo.

Se considera una mujer discreta en su vida personal, por lo que se guarda muchas cosas para ella, principalmente por su hija.

Con respecto al amor, no se considera una mujer de vaciles o de perder el tiempo. “Yo soy bien difícil en el amor”, comenta sonrojada.

Jasú asegura ser una mujer muy entregada y cariñosa, pero no pone como prioridad conocer a un galán.

La cantante piensa que el hombre ideal llegará en el tiempo indicado e incluso puede encontrarlo a la vuelta de la esquina.

“Me gustaría un hombre educado y sobre todo independiente, que ame a mi hija”, expresa.

No le gustan los ‘pelados’ o quienes no saben qué es lo que se hace en un hogar. Ella busca a alguien que se acople a su ritmo de vida y que sea un hombre de bien, que la entienda, temeroso de Dios, pero más que nada difícil de conquistar. Ella quiere que le cueste llegar a él. “Lo difícil es lo que más se disfruta”, finaliza.

DATO:

Es detallista, romántica y muy entregada en la relación, pero no se apresura en encontrar a su galán.