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Buena Vida
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¿Estás dispuesto a dejar las redes sociales? ¿Puedes ser feliz sin ellas?
Hay una doble imagen de lo que proyectamos en nuestro muro de Facebook a cómo realmente nos sentimos.
La imagen se repite en todo lugar. Se multiplican los cuellos doblados y la mirada dirigida hacia el celular en medios de transporte, salas de espera, restaurantes, en las calles y en cualquier ámbito donde exista la necesidad de pasar tiempo muerto. Las personas no sacan la vista de sus teléfonos. Robert Rojas pasa 10 horas en Facebook, desde el celular revisa la información que se publica en el muro, da ‘likes’, publica estados, memes, fotos... Él siente la necesidad de ver lo que está pasando en otros lados e incluso cuando él no está con sus amigos o estudiando la escena se repite.
Rojas tiene 24 años, estudia Comunicación Social en una universidad de Guayaquil. Aunque asegura que nunca se ha desvelado en Facebook, sí está consciente que utiliza casi la mitad de un día la red social de Mark Zuckerberg.
Privarse del sueño, descuidar otras actividades importantes, recibir quejas de alguien cercano, aislarse socialmente, entre otras, son algunos de los síntomas que denotan la total dependencia de la redes, según recoge la Revista Adicciones de España en el 2010. La diversidad de contenido visual y noticias de todo tipo convierten a Facebook en atractivo para pasar horas allí. Facebook “reconoce” gustos y preferencias debido a los ‘likes’ y a la información que se comparte en ella, por ende se ven publicaciones en el muro que se asemejan a a lo que se quiere ver y saber.
Esto es porque las compañías que crean algoritmos para las redes sociales, cuyas codificaciones están programadas para mostrar lo que “nos gusta” en Internet y aquello con lo que el usuario está de acuerdo, “curiosamente para hacernos más felices”, según publica Bobby Friction para la BBC.
Un estudio realizado por The Happiness Research Institute de Dinamarca en 2015 concluyó que en solo una semana las personas que dejen de utilizar Facebook serán más felices y se preocuparán menos. No obstante, esta teoría resulta relativa para el psiquiatra y psicólogo clínico Eduardo Tigua. Él médico, quien lleva más de 30 años de trabajo en Guayaquil, cree que no se puede generalizar porque no todas las personas reaccionan igual cuando dejan de usar Facebook, por ejemplo.
La red social más utilizada por jóvenes y adultos en Ecuador es Facebook, y según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 98 por ciento de los ecuatorianos están en aquella comunidad.
Leghinsh Pallares también es estudiante universitaria, tiene 21 años y vive en Guayaquil. Revisa Facebook cinco veces al día para estar informada de lo que sucede en el país y en el mundo, sobre todo si se trata del país de dónde ella nació: Colombia. Los periódicos están publicando sus noticias en las redes sociales y de acuerdo con la encuesta anual de 2016 de World Press Trends, realizada por la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA) al menos el 40 por ciento de los usuarios mundiales de Internet leen periódicos online. Parte de ese aumento se debe a que los periódicos están publicando historias directamente en Facebook. Pallares reconoce que cuando lee noticias sobre accidentes, terremotos, o que tenga que ver con su país, ella se siente afectada.
Sentir satisfacción cuando se utiliza alguna red social es relativa, según la psicóloga general Susy Estrada, depende de lo que se está viendo o compartiendo, “aquello nos puede producir algún sentimiento, tanto negativo o positivo”.
Hay personas que solo usan las redes sociales porque es lo único que tienen para desahogarse y en ella publican información muy personal. Rojas, por ejemplo, publica en su estado desde que no está feliz o cuando no tuvo un buen día. La psicóloga explica que con este tipo de publicaciones se busca llamar la atención. Además, suele existir una doble proyección de lo que se ve en el muro de Facebook y de lo que realmente pasa en nuestra vida.
“Uno vende una imagen de felicidad de que se está bien, de que le va bien en todo, aquello en algunos casos es para aparentar”, asevera la psicóloga clínica Gina Fabre, ella lleva 10 años atendiendo a niños y jóvenes con depresión en Guayaquil. La especialista acota que el uso excesivo de las redes sociales causa dependencia. Asimismo, explica que un adicto a las redes es igual a un adicto a las drogas u alcohol.
¿Se puede ser feliz sin las redes sociales?
El sociólogo guayaquileño Francisco Ballén cree que no. Argumenta que su uso es para evitar la realidad y para concentrarse en los contenidos de las redes que dan bienestar temporalmente. “El tiempo en que se invierte en las redes sociales es el tiempo que no se invierte solucionando problemas inmediatos, no nos hace más felices”.
¿Qué hacer para no caer en la adicción? Racionalizar su uso por horas, salir más seguido con amigos, viajar, interactuar con las personas, hacer deportes, leer, son algunas de las opciones que ayudan a evitar caer en la adicción, según los expertos.