S us videos han llegado a sobrepasar los 14 millones de vistas, algo comparado con cualquier músico en tendencia. Aunque no es artista, ni nada que se le parezca, Giancarlo Loffredo, guayaquileño de 51 años y experto en seguridad, ha logrado relevancia en las redes sociales gracias a tutoriales de escasos minutos, donde enseña de manera práctica las formas de protegerse y de prevenir los ataques de la delincuencia.

Sus seguidores están en muchos países. La mayoría proviene de México, Colombia, Estados Unidos y Ecuador, el cual se disputa el tercer lugar entre quienes consumen su contenido, dada la situación de vulnerabilidad por la que pasa últimamente.

Dentro de su actividad siempre ha preferido mantenerse en bajo perfil y manejar las redes sociales muy limitadamente, pero ante la ola delincuencial y la falta de una guía práctica, necesaria para que la ciudadanía pueda reaccionar frente a un delito, decidió entregar contenido de su experiencia como instructor en situaciones de alto riesgo.

El contenido de Loffredo, quien da capacitación para formar guardaespaldas y entrena a grupos élite tanto del ejército como de la Policía Nacional, llamó la atención del dueño de un canal en redes sociales quien le pidió colaborar juntos. Los videos los graba en la calle y cuenta con la participación de familiares y amigos  que hacen las veces de modelos. Lo importante dice “es que el mensaje llegue. La opción más inteligente es no arriesgar la vida. Eso es lo que enseño en los videos”.

La presencia en redes es tan grande que tiene cerca de 300 mil seguidores en Instagram y casi 500 mil en Facebook. En TikTok, una de sus principales plataformas, muchos videos fueron eliminados por el uso de armas y otras actividades “que iban en contra de sus políticas”.

“Vamos para dos años con el canal llamado Don Volsas. Mi amigo, quien prefiere mantenerse en el anonimato, fue mi cliente, cuando lo abrió tuvo la idea de llegar a un público quemeimportista, aquel que no le gusta aprender nada y obligarlo a hacerlo a través de comedias cortas. En sus inicios los videos tenían algo de humor, pero poco a poco hemos ido cambiando a contenido serio y también la temática, pero ya le puso ese nombre y es complicado cambiarlo”, comenta el experto en seguridad, cuya formación la obtuvo de un israelita, que lo descubrió a la edad de 22 años durante una competencia de artes marciales. En esta disciplina, Giancarlo es cinturón negro, tercer dan en Kempo karate.

Pero más que hablar de sus casi treinta años de experiencia como instructor certificado en antiterrorismo, prevención del crimen, manejo de pistola y protección del hogar, lo que le apasiona es instruir y dar consejos de cómo actuar en caso de estar frente al peligro.

“Lo que digo siempre es que ante cada confrontación tienes tres posibles opciones, luchar, huir o cooperar, de ahí no hay nada más que hacer. No hay varita mágica que lo pueda cambiar, sino puedo huir porque el escenario no me lo permite, o lucho o coopero, más aún, sino tengo un arma y no estoy entrenado para luchar, entonces solo me queda cooperar, no tengo otra alternativa”, aconseja.

Entre sus clientes están empresarios y políticos, cuyos nombres mantiene en reserva. Admite que sus honorarios son elevados, aun laborando para ocasiones específicas, como campañas políticas, donde pasa a liderar al grupo de guardaespaldas, sobre todo, cuando son situaciones de alto riesgo.

Loffredo dejó varios consejos para que la ciudadanía pueda estar atenta frente a una situación de peligro.

Carro blindado

Es una buena medida, pero no es la única y hay que conocer las opciones del blindaje porque no detiene para siempre el nivel de los impactos. Si le dicen que aguanta balazos de 9 mm no se puede quedar para siempre recibiéndolos, el carro tiene un área de resistencia para una cantidad de impactos. El blindaje es solo para darle a alguien la oportunidad de escapar. Junto con eso debe de haber una capacitación en medidas de prevención, manejar maniobras de evasión, concientización de seguridad, ya que en algún rato se tiene que bajar del carro y entonces... esto tiene que ser una medida más.

Asalto en semáforos

En esa rutina en la cual soy vulnerable no llevo un celular de alta gama, sino uno de señuelo que lo entrego junto a una billetera señuelo con un billete de 10 dólares, una tarjeta de crédito vieja a la que le he borrado mi apellido. Actualmente debemos estar preparados mental y psicológicamente para lo que nos puede pasar en la calle. Ensayo lo que voy a hacer y lo practico, para que al momento de ser la víctima no congelarme y actuar mal, como bajar el vidrio o abrir las puertas y darles oportunidad a que se suban al carro. La única forma de vencer el temor, en estos casos, es con práctica y entrenamiento.

Secuestros

En la actualidad los delincuentes ya no te siguen porque les toma mucho tiempo, lo que hacen es algo más fácil: compran información. Al manejar mucho dinero se acercan al chofer, a la doméstica, a la asistente de tu oficina o un trabajador cercano a ti que les diga tu hora de llegada y salida, rutas que tomas y al hampón le resulta más sencillo. Primero hacen un acercamiento, se ganan tu confianza, luego te ponen en compromiso (te pagan salidas y te prestan dinero), y luego viene la oferta (20 mil dólares por información).

La medida más recomendable e importante es evitar pasar por el radar del pillo. No hacer ostentación de bienes, no hablar de inversiones de dinero, nada de celebrar en las redes el hecho de haber cerrado ventas o cumplir las metas. Decir que todo está mal y que a duras penas hay dinero. Es imprescindible saber con quién me relaciono en el trabajo, en mi círculo íntimo y no contratar personas sino se tienen referencias.

En pandemia se contrató a mucho extranjero, el empresario pequeño quería pagar menos, no quería afiliar, pero sí ahorrar y por esos ahorros tontos contrató personal sin referencias y por ahí empieza la fuga de información.

Las redes sociales

En redes sociales es recomendable tener perfiles privados o no tenerlas. Es una pelea que siempre tengo dentro de lo que hago por la exposición que tengo últimamente.

Las redes ayudan a los influencers a ser más cercanos, pero a los que hacemos seguridad no. Practico lo que enseño, practico lo que predico. Tomo mis precauciones.

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