Se imagina un lugar donde no solo le cuiden a su perro, sino que además le celebren el cumpleaños con pastel, helados y que los invitados terminen la fiesta en una piscina. Ese sitio con todos los servicios detallados existe en Cuenca y fue ideado por Jéssica Vicuña, una ingeniera comercial de 37 años, quien se vio en la necesidad de abrir una guardería canina para que sus tres mascotas pudieran estar seguras, mientras ella se dedicaba a trabajar.

"Este emprendimiento nació por mi amor hacia los perros y porque quería que los míos tuvieran el mismo cuidado y cariño de un hogar", explica Vicuña, quien es la encargada de atender las necesidades de sus clientes peludos que llegan puntuales, de lunes a viernes, como si de una escuela se tratase. Ahí todos se conocen. En ese sitio socializan, juegan, tienen caminatas. Se mantienen activos.

Incluso aquellos canes cuyos dueños no tienen cómo ir a dejarlos o recogerlos, son trasladados hasta sus hogares en una buseta. "A veces sus 'papás' no tienen tiempo y contratan el servicio de bus y acá nos encargamos de que lleguen hasta la puerta de sus casas", señala Jéssica, quien acoge únicamente a perros de razas pequeñas y medianas, siempre y cuando sean sociables y no agresivos.

Otros servicios que presta la guardería son los de hotelería y peluquería, sin embargo, hay uno muy especial y es la organización de fiestas caninas. Este es un extra que se le da a los clientes frecuentes a cambio de un valor representativo.

"Esto es algo innovador que venimos haciendo desde el año pasado. A los dueños les encanta la idea de celebrarles el cumpleaños a sus mascotas que tratan como hijos. En las fiestas ofrecemos la decoración y la comida, todo para perritos. Juegan, celebran con su pastel, comen bocaditos, toman helados, es como una fiesta para niños que termina con un baño en la piscina", dice emocionada la también rescatista, ya que algunos de los perros que ha logrado dar en adopción regresan como clientes a la guardería.

El local también alquila sus instalaciones para quienes quieran celebrarle el cumpleaños a sus canes, pero rigen las mismas condiciones, no se permite perros grandes ni agresivos y deben estar al día con sus vacunas. El precio más barato para la organización de un evento es de 50 dólares, pero el valor puede subir dependiendo de los requerimientos del dueño de la mascota.

"Los dueños se sienten contentos por eso siguen confiando en nosotros. Cuando va a haber una fiesta, los perritos gozan, como que saben que habrá pastel, golosinas. Nos encanta verlos felices. Disfruto y adoro lo que hago", dice Vicuña, quien es dueña de una shit-zú de 15 años; un chihuahua adoptado, de 7 y un pinscher rescatado, al que le falta una patita.