Las cantantes Alejandra Guzmán y Gloria Trevi se enfrentaron en un duelo musical, la noche de este viernes 13 de octubre. Las divas se apoderaron de los escenarios del estadio Modelo de Guayaquil en un concierto que duró mas de tres horas. El público entonó los temas más populares de las intérpretes mexicanas.

“No podía perderme este espectáculo por nada del mundo: crecí al ritmo de la Guzmán. Hoy, a mis 35 años, estoy recordando mi época de adolescente”, comentó María Trinidad Manosalvas mientras escuchaba ‘Eternamente bella’, junto a sus amigas.

El evento convocó a miles de fanáticos que llenaron poco más de la mitad del sitio. La primera en salir fue Alejandra Guzmán, a las 20:35; esta vez no hubo teloneros: la mexicana saltó a escena de inmediato y comenzó a entonar sus éxitos.

“Gracias Guayaquil. En esta ciudad vivió mi padre mucho tiempo, por eso me siento un poco parte de esta tierra”, compartió la cantante a los asistentes, desde la tarima, mientras recibía una lluvia de aplausos.

Durante el concierto hubo un ‘episodio retro’. La artista apareció con una vestimenta propia de la década de los noventa; con ese ‘look’ interpretó temas como ‘Popotito’, ‘Míralo’ y ‘Hacer el amor con otro’. Dentro de su repertorio también se incluyeron canciones como ‘Día de suerte’ y ‘Cuidado con el corazón’.

Tras más de hora y media en escena, le tocó el turno a Gloria Trevi. La cantante enfatizó su apoyo a la no discriminación tanto racial como de creencias religiosas e inclinación sexual. Trevi es considerada, por sus seguidores, un ícono para la comunidad LGBTI.

La artista llegó cargada de energía. Su look de ‘Pelo suelto’ logró ‘erizar’ a los presentes con un sensual baile. La mexicana cantó sus temas más sonados como ‘Bla bla de mí’, ‘Todos me miran’, ‘Con los ojos cerrados’, entre otros.

Las divas se reunieron en los escenarios para interpretar canciones a dúo. En medio del show, saltó a escena Miguel Cedeño —presentador del programa De boca en boca de TC Televisión— mientras Trevi le sacaba la camisa, en medio de una coreografía improvisada que se ganó la ovación del público. Las mujeres —que bordean los cincuenta años— demostraron que mantienen su carisma, su voz y talento intactos. Llegada la medianoche se acabó el espectáculo.