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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

¿Tortura o estética? Estos rituales de belleza antiguos te sacarán un susto

Escalofríos 2.0. Si las prácticas de belleza actuales te sorprenden o asustan, solo espera a conocer lo que las mujeres hicieron, en nombre de la ‘belleza’, siglos atrás.

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Las nociones de belleza han mutado a través del tiempo. Asimismo, lo han hecho las prácticas para alcanzar los ideales estéticos inherentes a cada época.

En nombre de esos ideales, se mantuvieron ‘rituales embellecedores’ que costó la vida a más de una persona y, en otros casos, significó una vida de tortura.

Un ejemplo que ahora mismo pondrá los pelos de punta a quien lo lea: untarse maquillaje a base de plomo.

Otro un tanto más perturbador: la tradición china de deformar los pies de las mujeres mediante el uso de vendas.

Y este último: la dieta de las lombrices con la que se aseguraba la pérdida de peso y que consistía en ingerir huevos de lombriz.

En la actualidad, someterse a prácticas como estas para alcanzar los cánones de belleza establecidos resulta inconcebible; sin embargo, costumbres como aquellas fueron de lo más comunes - y hasta recomendadas - hace unos cuántos siglos. Estas son cinco de las más controversiales.

A maquillarse... con plomo

El deseo de lucir una piel lo más blanca y ‘perfecta’ posible llevó a las mujeres - desde el Imperio Romano hasta el siglo XVI - a cubrir sus caras con el potente químico. Eso es un ‘secreto’ que Isabel I, reina de Gran Bretaña e Irlanda, conoció bien.

Los brotes de viruela - explica Playground - “se pusieron de moda” en el siglo XVII. En esa época, el virus solía ser mortal y si no mataba a las personas, a cambio les dejaba un rostro cubierto de cicatrices y deformidades.

La cesura veneciana o el espíritu de Saturno, una mezcla de plomo y vinagre - era el nombre de la sustancia que la reina utilizó para cubrir las huellas de esa enfermedad. Aunque su propósito era suavizar las secuelas, su uso podía causar “ podría causar despigmentación (decoloración de la piel), pérdida de cabello y podredumbre en los dientes”.

El consumo de arsénico

Las imperfecciones de la piel no solo se cubrían con cosméticos letales. La ingesta de arsénico se extendió durante el siglo XIX con fines similares en países como Estados Unidos. Sí, arsénico alias el As de la belleza. Este ‘remedio’ prometía a las mujeres deshacerse de las pecas y granos; además de potenciar un tono pálido en la piel y un brillo considerado cautivante en los ojos.

A modo de píldoras, su consumo se popularizó durante la época. Las ‘Píldoras con Arsénico para la Complexión’ se expendían, aunque ya se conocía que ingerir ese químico era dañino para la salud... ¿Una vez al año no hace daño? Quizá esa frase es tan antigua como estas cápsulas.

Las dosis debían medirse: tenían que ser “ lo suficientemente pequeñas para debilitar y languidecer”, indica una publicación de Playground, pero “el problema era que mucha gente se moría, como si fueran el señor conde en una novela de Agatha Christie”.

¿Cintura de avispa?

Aunque el corsé se popularizó en el siglo XVI, el uso de esta prenda interior - y en ocasiones exterior - no resulta tan distante. De hecho, Kim Kardashian se ha mostrado en redes sociales utilizando este accesorio que reduce las curvas para lograr lo que algunas mujeres denominan ‘cintura de avispa’ y cuyo propósito estético compromete la salud.

Esta faja alcanzó la fama en Europa “a partir del siglo XVI pues eran utilizados por mujeres de la alta sociedad para estilizar la cintura y darle una mejor estética a los vestidos”, apunta Excelsior.

Para alcanzar el contorno ‘ideal’ de sus torsos, ellas se sometían a un dolor constante al colocarse esta prenda que en sus inicios fueron fabricadas “con huesos de ballena o acero”.

La presión que el corsé ejercía en el cuerpo de las mujeres provocaba una falta de oxígeno tal que culminaba en desmayos. En la actualidad, se sabe que las consecuencias de su uso “reduce el flujo a los pulmones, corazón y otros órganos”, con unos resultados que aunque visibles, son “temporales”, según cita El País.

¿Buscas perder peso? Aquí tienes la dieta de las lombrices

Sí, el consumir lombrices fue un ritual al que las personas se sometían para perder sus kilos extra.

Las personas creyeron en la efectividad de este método en los años 1900, cuando se extendió ‘The tapworm diet’ o la dieta de las lombrices solitarias encapsuladas; estos parásitos se encargaban de absorber los nutrientes tras la ingesta de comida y causaban vómitos y diarreas que a su vez propiciaban la pérdida de peso.

El problema era librarse de estos ‘animalitos’ una vez alcanzada la meta, pues estos depredadores se aferraban al organismo si las personas no se purgaban y si lo hacen solo hay una vía de escape... sí, esa misma.

Los pies de loto

Dentro los cánones de belleza chinos, existió una cruel tradición vinculada a la idea de que las mujeres bellas son aquellas que tienen pies pequeños.

Esta práctica - cuyos orígenes se remontan al año 1000 y se mantuvo, créelo, hasta el siglo XX - se iniciaba a temprana edad para evitar su curso natural de crecimiento.

A través de un vendaje reductor, se lograba mantener el tamaño considerado ‘perfecto’ y también se producía su deformidad como resultado de las lesiones.

Este hábito se mantuvo hasta 1930, es decir, que aún existen mujeres que fueron forzadas a someterse al terrorífico vendaje y “sufren importantes problemas de movilidad y necesitan cuidados y asistencia continua”. La fotógrafa británica, Jo Farrel, recogió su historia en su proyecto ‘Living History’.

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