Buena Vida
Jennifer Pazmiño: “Mi vida en Brasil fue como una aventura”
La excandidata a Miss Ecuador 2008 regresó de Sao Paulo hace un año. Abrirá una tienda de ropa deportiva.

Jennifer Pazmiño Miss Tierra 2010
Jennifer Pazmiño tiene motivos para celebrar. Hace una década participó como candidata al Miss Ecuador 2008 y se convirtió en Miss Aire en el certamen internacional Miss Tierra en 2010. Por esa razón, la esposa de Waldimir Vargas se reunió en un local privado con excompañeras de ese concurso nacional para recordar momentos y anécdotas. Pazmiño, quien residió en Brasil por asuntos laborales de su esposo, tiene planes de abrir un local de ropa deportiva brasileña.
Como no te han visto en un canal de señal abierta, muchos aún creen que vives en Brasil.
Regresé a finales de enero del 2017. Estuvimos casi 4 años en Sao Paulo. En una ocasión que vine, Claudia Schiess me pidió que la reemplace en radio Forever. Luego cuando ella renunció los directivos me ofrecieron el trabajo. Ya existían planes de volver a Ecuador, aunque Wladimir se quedó hasta septiembre. Desde entonces labora en la empresa privada guayaquileña.
Ahora eres presentadora deportiva.
El Che (Alfredo) Vera me hizo la propuesta de presentar noticias deportivas en CNT Sports. Aunque nunca había hecho deportes, me interesó. Él me dijo que no me preocupe, que poco a poco iba a aprender. Lo de la radio y TV se dio simultáneamente. En la primera estoy en Entre santos y pecadores (con temas variados) de cuatro a seis de la tarde, y en la segunda en CNT Sports noticias de nueve a diez de la noche. En la emisora firmé un contrato por dos años.
¿Muy complicado el reto deportivo para alguien sin experiencia?
Comparto con Arturo Magallanes. Es una experiencia maravillosa. Antes no entendía nada de lo que ocurría en el fútbol, pero ya me he familiarizado con nombres y reglamentos. No soy comentarista, eso ya son palabras mayores.
¿Qué fue lo más duro de vivir en otro país?
Al principio lo vi como una aventura. Cuando me di cuenta de que no tenía a mi familia, amigos y que estaba sola con dos niños fue diferente. Extrañaba mucho, además me hacía falta trabajar. Fue un choque. Mi hijo mayor, Wladimir (6), habla portugués; Maximiliano (4) algo; y yo aprendí a la perfección. Mientras que mi esposo por su trabajo solo hablaba en español y no aflojó la lengua, a pesar de que estudió en la Escuela Naval en Brasil. Le dije a Wladimir, quien era cónsul general de Ecuador en Sao Paulo, que hasta tal fecha me quedaba. Prácticamente le puse un ultimátum (risas). No me gustó que Brasil sea tan caro, excesivamente. Para salir a comer algo ligero con los niños se necesitan más de cien dólares.
A tus 30 años, seguramente quieres más hijos.
A los 24 fui mamá. No me arrepiento de esa decisión. Siempre quise ser madre joven. Ahora Wladimir tiene 51, deseaba un padre para mis hijos, no un abuelo. No sé por qué tengo esa idea de que si tengo el tercero, voy a querer el cuarto para que crezcan juntos. Wladimir y Maximiliano crecieron así. Para nosotros como pareja, la edad nunca ha sido un problema. Mi esposo me dice que yo soy la vieja de la relación, la aburrida (risas).
¿Te agarró la crisis de la edad?
Me dio un shock. Algo similar le cogió a Wladimir cuando cumplió los 50. Creo que eso pasa cuando se termina y empieza una década. Reflexioné sobre lo que había hecho durante este tiempo. Me di cuenta de que pude viajar, tener a mis hijos, participé en reinados de belleza y he disfrutado de la vida.
Si tienes una niña, ¿te gustaría que fuera aspirante a un concurso de belleza?
Por experiencia sé que son muy cansados los reinados. Nunca sabes a qué hora regresas, son muchos los compromisos a los cuales hay que asistir. Hace un par de años hice una dieta para tener una niña, la aconseja una experta argentina. Se trata de un plan alimenticio muy estricto, cero sal, se cuida cada gramo de lo que se come. Me puse muy delgada, no la aguanté y la dejé. Si el tercer hijo es varón me doy un tiro (risas). Mis nenes son divinos y educados, pero los varones son lanzados, locos. Los míos ya se partieron la quijada, se lastimaron la cabeza. Al principio, Wladimir no quería más niños porque dice que el mundo está cada vez peor, sin embargo, cambió de opinión.
Hubo rumores de separación...
Eso se dio porque yo regresé primero de Brasil. Él tenía mucho trabajo pendiente. Es lógico que uno de los integrantes de la pareja tenga que venir o irse primero. Cuando nos fuimos a Brasil, Wladimir viajó tres meses antes. Las cosas no se hacen a lo loco.