Buena Vida
La NASA confirma su primera misión hacia el sol
Algunas curiosidades de los astronautas durante sus travesías en el espacio

Estación espacial en órbita alrededor de la superficie terrestre
La NASA anunció sobre una de sus misiones más importantes así como riesgosas en toda su historia. Esta información se dio a conocer, el miércoles 31 de mayo de 2017, desde el Auditorio del centro de investigación de la Universidad de Chicago y en el sitio web de la Agencia. La misión consiste en volar directamente a la atmósfera del sol en un viaje casi al límite de las condiciones de resistencia de las tecnologías creadas por la ciencia.
Esta misión está programada para el verano del 2018 y fue bautizada como ‘Solar Probe Plus’. Será el mayor acercamiento que un ser humano tendrá con una estrella, a tan solo 6.2 millones de kilómetros de distancia del astro rey. Esto representa un reto para los científicos e ingenieros espaciales, ya que las temperaturas y la radiación a la que deberán exponerse van mucho más allá de lo que cualquier instrumento humano ha soportado. Los datos resultantes servirán para mejorar pronósticos meteorológicos, así como el funcionamiento de satélites y las condiciones de vida de los astronautas en el espacio.
NASA: ¿qué es y dónde queda?
Los rusos tomaron ventaja en la famosísima carrera espacial en 1957, cuando decidieron realizar su primer lanzamiento de un satélite artificial. En respuesta, un año después, el Presidente de los Estados Unidos, Eisenhower, decidió formar la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, NASA, por sus siglas en inglés, y a partir de ese momento, se empieza a escribir una nueva historia para la humanidad. Por más de 50 años, cientos de científicos se han dedicado a tratar de explicar dos preguntas básicas ¿qué hay allá afuera? y ¿cómo llegar hasta allá?
Los astronautas: ¿quiénes son, cómo viven y cómo se forman?
Aunque es posible referirse a estos peculiares viajeros de distintas formas, todos cumplen la misma misión: explorar lo desconocido del universo. Los rusos los llaman ‘cosmonautas’, los estadounidenses se refieren a sus soldados espaciales como ‘astronautas’ y los asiáticos, que también compiten en la carrera espacial, ‘taikonautas’. De cualquier modo, la vida a millones de kilómetros de distancia de la Tierra no difiere mucho entre uno y otro.
A la hora de comer
Las agencias espaciales se han preocupado por llevar al espacio la cantidad exacta de comida para abastecer las necesidades de toda su tripulación, sin embargo, el peso es algo que no se puede descuidar en este proceso, y no precisamente por cuidar la línea de los astronautas, pues mucho más importante, es el peso de la mercancía que transportan. El costo que se genera por mantener cada kilo de comida almacenado en conserva en el espacio es de unos USD 23.000. Aún así, de vez en cuando los astronautas se dan sus gustitos para sentirse un poco más cerca de casa y de su vida en tierra firme. Aquí se puede ver cómo la astronauta italiana Samantha Cristoforetti se prepara un taco espacial a la mexicana.
A la hora de ir al baño
A diferencia de lo que se piensa comúnmente, los astronautas se rigen más o menos por los mismos principios a la hora de ir al baño, claro, con algunas pequeñas diferencias cruciales. Las duchas deben ser cortas y cada dos días, considerando que el agua potable es uno de los bienes más preciados allá arriba. Además, la falta de gravedad provoca que el agua no caiga, en lugar de eso, se pega a la piel de los astronautas en forma de burbujas, las cuales deben secar con unas toallas especiales de un material muy fino que se descarta semanalmente.
A la hora de orinar y defecar
Las estaciones espaciales cuentan con un pequeño cuarto donde los astronautas pueden tener privacidad para realizar sus necesidades. Cuando se trata del orinar emplean un pequeño embudo conectado a un tubo con un ventilador que genera la succión necesaria para que el líquido no quede flotando.
Para defecar, el principio es el mismo, pero la NASA se ha preocupado particularmente por hacer este proceso lo más amigable posible. Consiste en un inodoro blanco, muy parecido al de un bebé, conectado a un recipiente para los residuos sólidos, que, con una tripulación de tres astronautas, se recambia aproximadamente cada diez días.
A la hora de dormir
Al parecer, dormir es la actividad menos estrenaste para los astronautas, pues al no existir la gravedad, no es preciso llevar almohadas ni colchones. Solo es cuestión de ingresar a una cápsula vertical que los mantiene suspendidos en su interior mientras relajan los músculos.
¿Cómo convertirse en astronauta?
Aunque parece un sueño de la infancia, convertirse en un viajero del espacio, desde luego que sí es posible. Existen dos caminos posible: como piloto o como especialista en alguna rama de la ingeniería o la ciencia.
Los requisitos son varios, pero no imposibles. La NASA tiene su programa de reclutamiento y entrenamiento disponible y esperando por quienes crean que estén aptos para cumplir con el reto.
Estos son algunos de los requisitos que los solicitantes deben cumplir antes de presentar una solicitud:
Los aspirantes deben ser ciudadanos estadounidenses o naturalizados, y aunque no hay un rango de edad límite, el promedio radica entre 25 a 46 años. Tener al menos una licenciatura en una institución acreditada en ciencias biológicas, ingeniería, ciencias físicas, ciencias de la computación o matemáticas. Al menos 3 años de experiencia profesional relacionado al campo estudiado y en el caso de optar por la vía a través de la fuerza aérea, por lo menos 1.000 horas de vuelo al mando de aviones de combate. Sin lugar a ninguna duda, tener la capacidad de soportar una larga duración física en condiciones extremas y poseer una agudeza visual a distancia y de cerca de 20/20, en cada ojo.
Si te interesa conocer más sobre los requisitos y los programas de candidatos de la NASA, entra a este sitio.