Buena Vida
La historia de una computadora perdida
Las redes sociales son ahora la gran bocina por donde se anuncian las cosas perdidas. El estrés podría ser el causante de estos continuos olvidos.
A Fernando Martínez de la Vega le pasó algo particular una tarde en la que bebería café, casi como todas las tardes en Quito. Cuando llegó al local de siempre ya estaba instalada una computadora. Minutos después resultó que la computadora fue olvidada y su dueño no era más que un mensaje de saludo en la pantalla.
A no muchos les sucede que un buen día se encuentran algo. Quizás por allí una moneda de un centavo —que se insiste en que recogerlas es de buena suerte— o hasta un billete de $5 o más. Fernando dio de frente con una laptop y su reto era dar con Daniel Abad Godoy, el nombre al que respondía el monitor.
Eso de olvidar o definitivamente perder cosas le pasa a cualquiera. Un estudio de la Universidad de California en Berkeley difundido en 2014 demostró que el estrés sería uno de los motivos que producen estos deslices mentales.
“El estrés incrementa el crecimiento de la materia blanca, la cual ayuda a enviar mensajes por todo el cerebro, pero disminuye el número de neuronas que contribuyen con el procesamiento de información”, resume una publicación al respecto de CNN en Español.
Sí, la explicación es algo tediosa, pero ayuda a comprender la coincidencia entre Fernando y Daniel por una computadora perdida. Y quien sabe, también sirve para justificar las tantas veces en que las llaves no aparecen.
“Lo busqué en Facebook y encontré a alguien con el mismo nombre. Le escribí un mensaje privado. Se me ocurrió que quizás en Twitter alguien podría conocerlo y mandé un tuit”, contó Fernando sobre el paso a paso para dar con el extraño.
Las redes sociales son un localizador de personas, pero en este caso no funcionó. En julio del 2017, sin embargo, una pareja que había practicado snorkeling en Galápagos dio con su anillo de bodas perdido a través de una publicación viral en Facebook. La regla no aplica para todos.
Fernando en cambio, tuvo que esperar hasta las 17:00 para ver al dueño ingresar la clave en la laptop e identificarse como Daniel. Ni Twitter ni Facebook le dieron la alerta. Él llegó a su universidad, quiso hacer su tesis y cayó en cuenta que la computadora no estaba.
Son tantos los olvidos así que incluso las aplicaciones para móviles ya se han puesto las pilas con esto. En 2013 StickNFind (Pegar y Encontrar) se posicionó como una herramienta para los despistados. Ahora que si ni esto ayuda, sirve el grito de: ¡Corre que se te quedó algo!