Buena Vida
María Emilia Cevallos

Por Ivonne Lago M.
lagoi@granasa.com.ec
Con su voz fuerte y grave, María Emilia Cevallos transmite mucha seguridad al hablar. Dice las cosas como son y como las siente. Va de frente y sin tapujos. No se calla nada. Así se lo enseñó su mamá, la comunicadora María Mercedes Cuesta, quien siempre ha preferido mantener su vida en privado y fuera de los escándalos.
Sin embargo, en esta última parte, son distintas. Aunque no se considera rebelde, peor libertina, ‘Mare’ admite que varias de sus decisiones han ido en contra del gusto de ‘Meche’. Tiene cinco tatuajes, participó en el certamen de Miss Ecuador, donde quedó segunda finalista y fue parte del reality BLN La Competencia en el que expuso su vida sentimental, primero con uno de los participantes con quien rompió y luego con otro competidor de quien dice estar enamorada. No niega que ser hija de alguien famoso le cansa, sobre todo cuando le restan valor a sus propios méritos y se imponen las ideas de que todos sus logros se han dado gracias a “las palancas”.
Por esa razón, María Emilia se considera más que la hija de Meche Cuesta, la mujer a la que admira, ama y respeta, pero bajo cuyo nombre se niega a vivir para siempre.
Estás en dos nuevos programas de Canal Uno. ¿Por qué saliste del reality BLN?
Salí de la competencia; hace algunos meses renuncié por voluntad propia, mi ciclo se acabó ahí -en BLN-. Yo lo hice más que nada por ánimos de crecer y por incursionar en la TV; tal vez de otra manera para hacerme conocer de otro tipo de público porque había manejado público más pequeño, entonces llegó un punto en que dije: ya no más.
¿Por qué dijiste eso?
BLN demanda mucho tiempo y Jean Paul Prellwitz me estaba formando para otras cosas y no me alcanzaba el tiempo para dedicarle a BLN. Eso es competencia y son equipos y uno no puede fallarle al grupo y porque mi ciclo ahí terminó. Yo en un ambiente laboral busco paz, crecer y no lo puedes hacer en un ambiente donde todo el mundo quiere verte caer.
Esas palabras son duras y directas, ¿tal vez es lo que sentiste ahí?
Yo soy muy frontal cuando hablo y a la gente muchas veces le duele eso, porque no todo el mundo está acostumbrado a que le digan las cosas como son. La gente cree que ser frontal es ser malcriado y no es así.
En Gamatv estuviste en un programa para niños. ¿Consideras que diste un salto extremo al entrar a un reality?
Después de Tivi pasé a Miss Ecuador. Estuve un año como Miss Supranacional, fui a concursar y de ahí entré al reality. Fui más criticada todavía, me decían que ¿cómo me podía caer de ser reina a un reality, algo tan bajo?
Tu mamá Mercedes Cuesta siempre se mantuvo con perfil bajo, nunca le gustaron los escándalos y ahora su hija iba estar expuesta, ¿qué te dijo Meche?
Yo creo que fue un poco a propósito.
¿Acaso fue rebeldía?
No. Yo diría que fue estrategia, porque no puedo seguir viviendo toda la vida con la marca de mi madre. Por más que yo la ame, por más que me encantaría, porque mi madre tiene una buena marca, tiene una carrera impecable, yo no puedo vivir toda la vida siendo la hija de Meche Cuesta. ¿Qué me tocaba? o incursionar en noticias y ser la hija de Meche Cuesta para siempre, o ¿hacer algo que quiebre y que me haga a la fuerza ser María Emilia Cevallos?
¿Hablaste de eso con tu mamá?
Realmente no. Toda la vida, todo lo que he hecho ha sido a escondidas y no por rebeldía, y lo digo una vez más, sino porque mi mamá nunca ha querido que yo entre a la TV. Nunca. Y suena raro, porque mi mamá ha hecho TV toda su vida y de eso hemos vivido y comido, de eso me he educado, pero mi mamá nunca lo quiso.
¿En qué momento decides entrar a Miss Ecuador?
Estudiaba música en Quito, en la universidad San Francisco y me vine a Guayaquil a pasar con mi familia y me salió la oportunidad de entrar de Miss Ecuador. Dije “o la tomo o la dejo”. Yo no quería dejar mis estudios pero para qué te voy a mentir, me convencieron, estaba muy negada a eso porque además pensaba que no era una candidata para Miss Ecuador. Nunca me creí la mujer más bella del planeta, además tengo tatuajes y todo el mundo lo sabe, no es misterio.
¿Cuántos tienes?
Tengo 5.
Imagino el grito que pegó Meche cuando se enteró...
Exacto. Siempre me lo decía, pero yo me los quise hacer, era algo que deseaba y me los hice. No tengo un escudo de Barcelona tatuado, no lo hice por rebelde, o para que mi mamá se enoje, me los hice cuando vivía fuera de mi casa. A los 18 años, cuando ya me pagaba mi departamento y mi comida. Estaba pasando por momentos duros en ese entonces, y dije: qué mejor que tatuarme para tener un recordatorio, todos los días, sobre mi piel de algo que quiero acordarme.
¿Cuál fue el dibujo que escogiste?
El pimero fue Peter Pan y los niños perdidos, que sube desde la cadera hasta mi espalda. ¿Y por qué me lo hice?, porque es mi cuento favorito de niña y sentía que en ese momento de mi vida estaba perdiendo mucho mi centro. Peter Pan significa mantener tu niño interior, ser yo misma. A los 18 años tenía éxito laboral, vivía sola, estudiaba sola, cantaba en bares, trabajaba en TV. Yo era gordita y feliz, sentía que tenía una bendición muy grande y era estar triunfando. Ahorré y ahorré, yo no me compro ni una blusa, que mi mamá me compre.
¿No gastas en nada?
No. Yo no gasto en chancletas, veo que me pongo, pero intento ahorrar lo que más pueda, obviamente tengo que gastar. No fui criada así, pero soy de las que piensa en el futuro, no sé si mañana me vaya a casar, o no vaya a tener trabajo y me pasó. Cuando estuve en Miss Ecuador dejé de trabajar, y me costeé a punta de mis ahorros, me pude haber comprado un carro, pero lo gasté en algo que tal vez ahora es gasto, pero en su momento fue una inversión. Es desembolsar harto dinero, a mí me prometieron muchas cosas. Que no iba a gastar un dólar, que iba a estar bien, que obviamente me decían que este era mi año.