Exclusivo
Buena Vida

La modorra persistente que no se resigna a dejar tu cuerpo

Esas ganas de solo andar bostezando y que no te deja estar atento a tus tareas del día, podrían tener una explicación que siente como modorra, pero se llama marea alcalina.

Para quienes gustan de los crucigramas y Google sabrán qué hay detrás de la modorra morbosa persistente: sueño y más sueño. El término tan largo, según el Diccionario de la Real Academia Español (RAE), no es otra cosa que sopor. Exacto, una sensación lugar común luego de comer.

El sopor no es otra cosa que la somnolencia y el adormecimiento que se traducen en infinitos bostezos. Es más, también podrías empezar a caminar como si llevaras una maleta de piedras en la espalda y todo por los intensos deseos de una ruquita. ¡Bendita hora boba!

Sentirse así tiene su explicación, no es nada científica sino más bien alimenticia. La nutricionista Karen López lo resume todo en dos palabras: marea alcalina.

Es decir, que al contrario de la creencia de que un almuerzo recargado da energía, causa el efecto contrario en el organismo y se produce un bajón. Y así es como uno se va acercando a lo también conocido como ‘El mal del puerco’.

“Esto se da cuando la persona come muchos carbohidratos: mucho arroz blanco, papas fritas, puré de papa, todo en un solo plato”, detalla la especialista y asegura que la sensación de vitalidad puede durar apenas 15 minutos, pero que con mucha seguridad desde las 16:00 hasta la hora de dormir, el cansancio se quedará instalado en el cuerpo. Sí, ese cuerpito nada caribeño.

Aunque suena fácil de decir “marea alcalina”, producirla es toda una mezcla química que llega justo cuando te quieres poner a trabajar, digamos. Esta es la manera es la que la define el Centro de Nutrición Clínica de Costa Rica:

“Cuando ingerimos alimentos, el estómago produce ácido clorhídrico, que a su vez viene acompañado por la secreción de bicarbonato para compensar esa producción”.

Por esa razón, López recomienda bajarle la dosis a los carbohidratos, harinas, jugos azucarados, pasta blanca y hasta esos chocolatitos que creemos nos dan energía —si no tienen cacao, no sirven— Lo siguiente, no hay de otra, es hacerle un espacio a las frutas, cereales y vegetales.

En cuanto a cantidades, la nutricionista tiene una referencia para ayudar a todos: échele dos manos abiertas de ensalada a su comida siempre. Eso, en teoría, debería alejar esa modorra que a más de uno los tiene cabeceando frente al computador. ¡Pilas que sí tiene remedio!

La hora boba para los robos

Pese a que ya se conocen las estrategias de robos más típicas en buses o lugares concurridos, —aprovechar las multitudes y apretar— coincidir así en un momento de modorra es una fusión atractiva para robos.

Esa es al menos la tendencia que se muestra en cuatro de los siete días de la semana en el país, según los Indicadores de la Comisión Estadística del Ministerio del Interior. De lunes a jueves, los robos a personas ocurren con mayor frecuencia entre las 12:00 y 17:59.

Tiempo en el que por lo general, más de uno ha terminado de comer, ha frotado con satisfacción su estómago y ha iniciado su proceso decaimiento frente a cualquier actividad que le pongan en frente, así esta sea estar más atento para evitar a los pillos.

Y ya si te preguntas que de dónde viene esta temible palabra, la modorra, según el diccionario de etimología, viene del euskera que significa “árbol trasmochado y sin ramas, que queda hecho un tronco”. Así igualito como uno se siente después de ese banquete que te hace del ojo.