Iniciaron las clases y con estas aparece, como cada año, una cadena de malos hábitos. Los niños salen temprano a la escuela, en muchos casos, sin desayunar. Unos no comen nada hasta la hora del almuerzo y otros llevan en su lonchera alimentos procesados, frituras o productos muy condimentados. Vuelve entonces la época en la que los pediatras comienzan a recibir en las consultas a más niños aquejados con dolores persistentes en la zona del abdomen y con náuseas.

Este mal que solía ser cosa de adultos, ahora es también un asunto de los más pequeños. Las causas son similares, pues en ambos casos el irrespeto a los horarios de alimentación y el tipo de productos que se consumen terminan por llevarlos al médico.

Comer en la calle es uno de los mayores riesgos. Allí es cuando la famosa bacteria Helicobacter pylori hace presa de los menores de edad al contaminar los alimentos. Es una infección muy común en nuestro medio.

Pero no solo eso desata este problema. El estrés también está afectando la salud de los niños. Sí, muchos se ponen tensos ante la cantidad de tareas que deben entregar y esa ansiedad aumenta en ciertas épocas del año, en las que tienen que rendir pruebas.

Es importante prestar atención a los síntomas, considerando que la gastritis, que es la inflamación de la mucosa (capa más externa) del estómago, puede llevar a una fuerte irritación y a la pérdida de peso. Debe saber también que hay dos tipos de gastritis. La aguda es la que dura pocos días y suele aparecer a causa de episodios de estrés o por el consumo de ciertos medicamentos. Es crónica cuando dura meses e incluso años y tiene a su principal generadora a la infección producida por la Helicobacter pylori. También puede deberse a una alcalinización del PH del estómago que se origina por el reflujo biliar.

Los especialistas consultados por este Diario coinciden en la necesidad de que los padres presten más atención a sus hijos, pues no es normal que no desayunen. Al saltarse esta comida transcurren horas sin ingerir alimentos (desde la noche anterior), lo que provoca que se segregue un exceso de jugos gástricos que irritan al estómago.

EXTRA le muestra las señales que alertan de que su hijo puede estar sufriendo gastritis, cómo debe ser su alimentación, cuáles son esos episodios de estrés que ponen más carga a la enfermedad y qué tan efectivas son las recetas caseras que prometen la cura. Y si su hijo no quiere desayunar sepa que hay opciones.

Evite consumir ciertos alimentos:

Es importante que los niños coman a sus horas y que tengan cinco comidas al día. Además, al momento de ingerir sus alimentos deben hacerlo en un ambiente relajado y tranquilo. Cuando un niño ha pasado por un episodio de gastritis hay que tener mucho más cuidado con lo que consume. Debe evitar los alimentos de difícil digestión como las grasas, los embutidos, las frituras, al igual que las bebidas carbonatadas, las comidas muy condimentadas y los cítricos. Los padres deben prestar más atención al plato de sus hijos y tomar estas recomendaciones sobre la alimentación, así el pequeño no tenga problemas estomacales. Hay que inculcarles el consumo de más frutas y vegetales. Debemos recordar que por la ingesta de ciertos medicamentos y por el uso excesivo de antiinflamatorios también puede presentarse la gastritis.