Sus ojos negros, enrojecidos por el cansancio de un viaje de dos horas y media desde su natal Caracas a Guayaquil, seguían tan vivaces como cuando participó en el Miss Venezuela de 1999.

La actriz Norkys Batista, de 39 años, recordada por su papel de ‘Chiqui Loor’ en la novela ‘Mi Gorda bella’, sonreía mientras saludaba con los empleados del hotel porteño, donde se hospedó desde la noche del jueves pasado para presentar su obra ‘Orgasmos’, haciendo una pausa a su participación activa en las marchas contra el régimen de su país.

La historia detrás de su mirada le duele. La desesperación y angustia le han quitado el sueño, pero no la esperanza.

Por eso, la ex-reina de belleza, que nació en una barriada venezolana y vendió productos por catálogo, no se ha marchado de su tierra como varios de sus colegas.

Como a todos sus seguidores, que están en las calles protestando, le ha tocado esquivar bombas molotov, que un día le frenaron la respiración, y ha llorado la muerte de hijos ajenos porque también es madre.

Desde el vestíbulo del hotel, Norkys se confesó con EXTRA, apenada por su apariencia informal.

Tu sueño era ser Miss Venezuela, pero luego fuiste actriz. ¿Cómo se da tu paso a las telenovelas?

Cuando se te abre el camino, llegas a donde quieras. Eso me pasó, nunca me vi haciendo televisión, pero sí me imaginé siendo Miss Venezuela. Todas las mujeres allá soñamos con serlo. Se me cumplió y quedé primera finalista. En un casting para animar me dijeron para hacer novelas y dije ‘sí’.

Ahora que también probaste el teatro, ¿cuál te gusta más?

Todas queremos salir en pantalla y que te vea el mundo. Eso es lo que debería pasar en todos los países donde hay democracia, pero ya no quedan canales de televisión en los que pueda mostrarse lo que está pasando, no hay presupuesto, es muy costoso, por eso los actores de toda la vida le hemos apostado al teatro, que me gusta, es cultura, y aún más cuando viene cargado de información.

Ocurrió con tu obra ‘Orgasmos’, que ha dado la vuelta al mundo, pero en Venezuela se cancelaron las últimas funciones. ¿Qué pasó?

Las cancelé yo por el tema país. Estamos todos en la calle luchando en resistencia absoluta, protestando para ver si nos escuchan, no es hacer una constituyente nueva, sino respetar la que hay. Yo soy activista 100% opositora. Fue una manera de solidarizarme con las madres que han perdido a sus hijos en las marchas. Es terrible llegar a Ecuador y tener que dar este tipo de noticias (se le quiebra la voz).

¿Cómo es vivir así?

Es desesperante, terrible levantarte todos los días y decir ¿qué va a pasar hoy?, es angustiante. Tengo un mes y pico que no duermo. Aquí, donde me ves, no dormí anoche porque el Gobierno armó una trampa y dijo que (el líder opositor encarcelado) Leopoldo (López) estaba muerto para esconder que la guardia nacional había matado a un chico de 19 años. En Venezuela nos estamos volviendo locos.

¿Por qué no te has ido como tus colegas? Tu amigo y maquillador Reinaldo Quilen también se fue hace poco.

Yo estoy en Venezuela porque tengo a mis siete hermanos allí. A mis 12 sobrinos, mi casa propia, una vida hecha que me costó. Vengo de una zona muy humilde con una motivación aspiracional. Además nunca me vi en otro país. La fama que tengo la logré ahí, en Venezuela. Pero hay momentos en que me levanto y digo que no puedo más, estoy allí por mi hijo, de 11 años, que estudia y comenzar una vida en otros país no es fácil. Vale la pena esperar y luego pensarlo.

Amigos como el actor Ricardo Álamo se las están viendo ‘negras’ en el exterior. ¿A caso no quieres eso?

Esa es otra de las razones por las que no me he ido. Cuando veo a mis compañeros pasar trabajo afuera, que decidieron irse del país y están de taxistas, Dios, ¡qué difícil es ponerse en los zapatos del otro!

¿Mantienes contacto con ellos?

Todos están pendientes desde el rinconcito del mundo en que están. Se ha visto muy complicado el internet. En las marchas se caen las telefonías. Yo puedo vivir, entre comillas, mejor, pero consigues productos muy caros. Estamos sobreviviendo de esa manera. Así estoy en mi país, es increíble, escalofriante que la gente empiece a gritar “Norkys” cuando llego a las marchas, porque no se sienten solos, estoy aquí con ellos. Venir a Ecuador a trabajar también fue duro.

Con todo el peso del dolor por tu patria a cuestas, llegaste con una sonrisa.

Esto (señala su cuerpo, luce un jean, zapatos deportivos y una camiseta) es una de las consecuencias de ello, yo no me monto en un avión sino traigo tacones puestos o mi maquillaje para que los que me conocen me vean en buenas condiciones, pero qué va... vengo de tres semanas a drenar.

SU VIDA DE NOVELA

● Norkys Batista creció en El Ciprés, barrio de la parroquia Macarao, ubicada en Caracas, capital venezolana.

● Su padre vendía huevos y ella le ayudó.

● Su salto a la fama fue en 2002 en la novela ‘Mi Gorda Bella’, con el personaje de ‘Chiqui Loor’.

● Luego protagonizó a unas trillizas en ‘Estrambótica Anastasia’.

● Fue la primera actriz venezolana en filmar embarazada una novela en ‘Amor a palos’.

Ocho años con ‘orgasmos’ exitosos

El dolor que la envuelve al hablar de la situación de Venezuela se va por un instante cuando empieza a contar todo lo bueno de sus ‘Orgasmos’, una pieza teatral que tiene ocho años y la ha presentado en Noruega, Emiratos Árabes, Miami, Orlando y Colombia.

“Las mujeres se mueren de la risa con lo que escuchan en la obra”, dice emocionada la actriz que incluso es imagen de una marca de condones.

Cree que ver esta obra en pareja vale la pena, y que incluso sale más barato que pagar una sexóloga.

Para ella sentir orgasmos es un placer divino. “No podemos limitarnos a sentir algo que todos los seres humanos por salud debemos sentirlo”.

En su investigación para realizar la obra descubrió que el no sentir orgasmos es una razón por la cual hay tantos divorcios, debido a que el 80% de mujeres no los tienen.

Considera que hay una gran necesidad de informar y que la vida no se la debe vivir sumergidos en estrés ni trabajo. Apela a disfrutar de la intimidad.

Norkys lleva poco más de un año soltera y entre bromas confesó que cree que los hombres le tienen miedo.

Se la relacionaba sentimentalmente con Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda, pero no tienen nada a pesar de que ella asegura que ‘le ha echado los perros’, porque se muere por él.