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Buena Vida
¡Dime qué porno ves y te diré cómo eres!
El tipo de categorías y el tiempo en que ves pornografía puede decir mucho de ti.
Puede sonar simple sentarte y ver un video erótico. Sin embargo, ¿te has preguntado el porqué de tus categorías predilectas?
Lo cierto es que tus gustos y la frecuencia con la que ves porno puede decir mucho de ti. Así lo afirma la sexóloga Carla Costa al medio digital Vice.
“Tengo un cliente al que le gusta travestirse pero que toda su vida ha tenido una relación heterosexual. Sin embargo, a él le excita ver vídeos porno de travestismo, y eso le confunde, porque siente rechazo por esa faceta de su vida”, explica.
La experta explicó también que mediante la erotización —proceso mediante el cual tu cerebro toma una experiencia y la convierte en algo excitante sin que seas consciente de ello— se da lugar a fetiches como la excitación sexual con vídeos porno de animación u objetos inanimados. Con esta teoría, se puede explicar a los fanáticos del Hentai, una de las categorías más populares de las páginas XXX.
Asimismo, habló del sentimiento de culpa, que en algunos casos puede conducir a una predilección por la humillación en la edad adulta. De la misma forma, un individuo que solía recibir azotes por sus superiores puede que, a la larga, experimente que sea esta la única forma para llegar al orgasmo.
Por otra parte, la sensación de control, madurez y estar con alguien experimentado, son motivos que inducen a que, tanto hombres como mujeres, se decanten por el porno MILF (para hombres) o DILF (para mujeres).
LA FRECUENCIA
De acuerdo con un estudio a cargo de la doctora Marie-Pier Vaillancout-Morel y publicado en la revista Journal of Sexual Medicine, el consumo del porno se relaciona con tres tipos de espectadores.
La investigación evidenció que 75.5 % de los perfiles consumían pornografía de manera recreacional, el 12.7 % de manera altamente estresante y no compulsiva, y el 11.8 % restante de manera compulsiva. Es decir que por un lado, los consumidores recreacionales reportaron una alta satisfacción sexual y una baja compulsión sexual, evitación o disfunción; por otro lado, los usuarios con un perfil compulsivo presentaron una baja satisfacción sexual y una alta compulsión, disfunción y evitación (evitar el acto sexual).
Y finalmente, los usuarios que utilizaban el porno como un método estresante no compulsivo reportaron tanto una menor satisfacción sexual y compulsión como una mayor disfunción sexual y evitación.
Los investigadores hallaron un patrón que confirma no sólo la existencia de perfiles recreacionales y compulsivos sino, también, de un importante subgrupo de consumidores estresados –quienes normalmente pasan alrededor de 17 minutos viendo pornografía a lo largo de la semana—.