Seguramente has escuchado alguna vez sobre el ‘revenge porn’ sin tener claro qué es. El término hace alusión a las imágenes íntimas compartidas en redes sociales o en páginas ‘triple x’ sin el consentimiento de las víctimas, a modo de venganza por parte de una expareja.

Según un estudio sobre las víctimas que sufren de porno venganza en Estados Unidos, el 93% de ellas poseen un gran malestar emocional, y el 82 % aseguran que su vida ha sido afectada en el ambiente social.

Por otra parte, una investigación realizada por la Universidad de RMIT a los Australianos, determinó que los grupos marginales son los más vulnerados en casos de porno venganza. Además, el peligro mayor recae en los adolescentes y en la comunidad LGBTI. Según los resultados de este estudio, el 80% de personas que sufrieron de ‘sextorsión’ contrajeron angustia psicológica, depresión y ansiedad.

Para la psicóloga Jenny Sornoza, en estos casos, el victimario posee un trastorno de personalidad. “La persona que acude a la venganza no dispone de salud mental”, asegura la experta. Además, dice que este manipula y extorsiona.

Sin embargo, aclara que no se nace con este trastorno, más bien se construye con el paso del tiempo. Una ruptura amorosa puede ser el detonante y así el extorsionador publica videos o imágenes de su expareja, buscando ¡hacer justicia’ por haber sido abandonado.

Según Sornoza, el ‘revenge porn’ ya no tiene censura y está afectando a un gran porcentaje de población, sobre todo a las mujeres. Incluso hace referencia a que el término “víctima” no está bien empleado. Considera que lo único que se logra con ese termino es establecer un patrón de resistencia para que la persona no salga del trauma y bochorno. En pocas palabras, que no lo logre superar.

Incluso, se podría hablar de suicidio como un efecto en la persona burlada y avergonzada.

Para la especialista es importante que se tomen las precauciones necesarias para evitar sufrir de este trauma. Por ejemplo, no dejar video o imágenes intimas en celulares, plataformas virtuales o nubes.

Y, por último, recomienda visitar a un psiquiatra o psicólogo para que trate el trastorno del extorsionador y el trauma psicológico de la víctima.

Más cerca de lo que parece

No nos vayamos muy lejos. La porno venganza no es ‘bomba’ solo en otros países. En Ecuador se han registrado algunos casos y pocas veces han sido resueltos legalmente.

Tal es el caso de Denisse Albán, señorita Patronato Provincial de Tungurahua, quien en enero pasado denunció a través de redes sociales que su exnovio divulgó fotos y videos íntimos de ella.

Asimismo, dentro de esta categoría podría englobarse el caso de dos modelos de Santo Domingo de los Tsáchilas, quienes hacían desnudos artísticos y guardaban algunas de sus fotos en sus teléfonos celulares como algo personal. Sin embargo, sus imágenes aparecieron sin autorización en una página con contenido para adultos.