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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

¿Eres un adultescente?

Si eres adulto pero te niegas a crecer y quieres vivir como adolescente, eres uno de ellos.

Referencial. Los adultos con temores de soledad se sumergen en el mundo juvenil.

Referencial. Los adultos con temores de soledad se sumergen en el mundo juvenil.Internet

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Con creciente fuerza, se observa un fenómeno con extensión progresiva de la adolescencia en la post-modernidad. Este es el caso de las personas adultas que se creen jóvenes aún.

Quienes atraviesan este fenómeno tienen algo en común: tienen más de 18 años, pero su comportamiento es el de un adolescente. ¿Cómo es eso? Sienten temores de su progresiva edad, cuidan de guardar una imagen de juventud, acuden a discotecas y también se visten como jovencitos.

El fenómeno fue descrito en el año 1983, por el psicólogo Dan Kiley en su libro The Peter Syndrome, al que lo nombró como adultescencia, también conocido como el síndrome de Peter Pan. Tal vez su nombre suene extraño pero se debe a la clasificación otorgada a personas mayores que insisten en permanecer en un mundo juvenil.

El deseo de ser joven eterno siempre existió; incluso la mitología griega presentaba dioses con características de eternos jóvenes. ¿Por qué? Porque cuanto más joven se era, más lejana estaba la muerte.

Según Jorge Tello, psicólogo clínico, las personas adultas son caracterizadas por el temor a la pérdida. Es decir, se involucran en el etapa donde pierden trabajo, habilidades físicas, su familia. Los adultos que no aceptan esto comienzan a tener actitudes juveniles desproporcionadas a su edad”, asegura el experto. Este es el caso de algunos hombres mayores que buscan amor y refugio en mujeres adolescentes para sentirse satisfechos.

Por otra parte, la psicóloga Sandra Saltos menciona que los seres humanos no llevan una igualdad entre la edad cronológica y mental. Es decir, no porque tengan más años significa que han alcanzado la madurez mental. En el caso de los adultescentes, estos “no logran salir de ciertas etapas de su vida y por eso hay independencia”, afirma Saltos. Además dice que la familia y crianza juegan un rol importante en el desarrollo de sus hijos. Aquí recaen determinados comportamientos adaptados para que las personas con cierta edad crean que aún son niños.

La especialista explica un punto importante, en donde asegura que los adultescentes en sus primeras etapas de vida no reciben la educación y el aprendizaje necesario para así convertirse en seres independientes, por eso no saben como cruzar ciclos y se quedan estancados. Con esto concuerda Tello, quien dice que los padres cometen el error de criar hijos protegidos. “Los padres deben de dar a sus hijos dos cosas: raíces y alas”, comenta el especialista. Es decir, raíces para saber de dónde provienen y pertenecen; y alas para que ‘vuelen’ y sean seres humanos independientes.

En algunos casos, según Tello, los adultos no logran formar una familia. Y, este puede ser el causante para que la persona se quede en la “generación del canguro”. Es decir, quedarse en la casa de los padres, no tener responsabilidades y ser mantenidos. “Una conducta conlleva a otra”, dice el psicólogo. Así que es importante el proceso de crecimiento y desarrollo de todo ser humano.

Con respecto a esto, Saltos asegura que los adultos de entre 40 y 65 años, que presentan este síndrome, no disfrutaron a plenitud su adolescencia. “Sienten que no han vivido lo que a determinada etapa correspondía experimentar”, comenta la especialista. Por este motivo comienzan asistir a fiestas, tener sólo amigos jóvenes y comportarse como un muchacho inmaduro. Y es así que ella define a esta fenómeno como la etapa no desarrollada, donde no hay aprendizaje y madurez emocional.

Por estas razones, los especialistas sugieren lo siguiente:

-Envejecer con dignidad, es decir vivir lo que compete a su edad .

-Relacionarse con diversos tipos de personas y aprender de ellos.

-Buscar ayuda profesional para liberar esas conductas de dependencia e inmadurez.

-Si la familia o amigos lo abandonan o se alejan porque consideran que es una carga, simplemente debe sobreponerse y sonreír.

Ya no se trata solo de un síndrome, sino un patrón de comportamiento de una nueva generación, en la que los adultos toman el papel principal considerándose los eternos jóvenes.

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