Buena Vida
¡El ’regateo’, la habilidad del comprador sabido!
Por lo general, los ecuatorianos tratan de negociar un precio que les favorezca sin medir el daño que se le hace al comerciante.

Referencial. Los ecuatorianos usan el regateo para bajar el precio de algún producto o servicio.
Ya sea al ir de compras a la bahía o al tomar una carrera en taxi, ’regatear’ forma parte de la cultura de los guayaquileños y de algunos rincones latinoamericanos.
Frases como “me parece muy caro”, “quiero algo bueno, bonito y barato”, o “en el puesto de al lado me lo dejan a un dólar menos”, hacen que empiece el ritual del regateo guayaco. Uno que, a modo de broma, va induciendo al dueño del local a entrar en el juego del comprador ’sabido’.
El profesor universitario y máster en economía y finanzas Heriberto Medina, considera que el regatear es una cualidad de un buen comprador. Añade que lo importante de esta fórmula es la manera en que se da.
“Regatear significa aprovecharse de la necesidad del vendedor. Mientras más necesitado esté el comerciante, más fácil va a acceder a bajar el precio”, dice.
Sin embargo, advierte que el regateo es dañino para los comerciantes porque “crea incertidumbre económica y afecta al presupuesto familiar”. Incluso, el experto lo interpreta como un modo de “desvalorizar el producto o servicio y la mano de obra invertida en la producción del mismo”.
“En esta sociedad donde el libre mercado prevalece, si un puesto alguien cede demasiado a la rebaja, los demás vendedores del mismo producto se ven en la necesidad de competir y bajar también sus precios”, aclara.
A pesar de que por lo general el regateo se da en mercados, puestos ambulantes, pequeños comercios o tiendas de barrio, también tiene mucho apertura en los centros comerciales, y más en las tiendas de ropa.
Medina explica que los descuentos son una forma de bajar el precio por parte de los comerciantes para salir de una mercadería en stock. “La mayoría de las personas prefieren comprar en época de descuentos. A nadie le gusta pagar el precio fijo de algo, siempre buscamos pagar el menor costo posible; esto es una forma de regateo ’tapiñado’”.
La socióloga Martina González Arregui expone algunos detalles sobre el origen de este comportamiento. Ella menciona que primero hay que saber por qué el ecuatoriano ejecuta el regateo.
“Todo lo que le invade al ecuatoriano es la cultura y se fragmenta de acuerdo al lugar de procedencia: su forma de ser, manera de hablar. A nosotros no nos gusta regatear, lo hacemos porque así debe ser”, expresa.
“No es lo mismo regatear en Guayaquil que en Cuenca; incluso hay partes donde esto es una falta de respeto para los comerciantes. Desde pequeños se le enseña al niño a estar en la delantera y que nadie le ’vea la cara’. Y esto es un problema cultural”, añade.
La experta considera que la cultura del regateo es una cultura del irrespeto porque en vez de fomentar el crecimiento, abre paso al menosprecio por las personas, sus oficios, productos o servicios.
La socióloga añade que las personas solo pueden presionar a aquellos que tienen alguna necesidad mayor. Por su parte, califica a este comportamiento como “un disfraz de negociación cuando en realidad se perjudica a alguien”.