Buena Vida
Los reguetoneros piden que no se ‘satanice’ su género
La Supercom advirtió de la carga sexual de algunas letras ha provocado denuncias ciudadanas.

Los conciertos de regueton son frecuentes en Guayaquil. En la imagen De la Guetto, en noviembre del 2016.
Los cantantes urbanos del país se ‘paniquearon’ con el titular del mensaje que emitió la Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom), en su cuenta de Twitter, sobre el reguetón.
Cuando leyeron que las “canciones de reguetón o género urbano deben respetar franjas horarias”, los artistas se sintieron “atacados”, refirió Ronald Maquilón, conocido como ‘Oveja Negra’, quien rechazó el rótulo de la publicación.
De esta manera, se hizo un llamado a los medios a priorizar la difusión de sus contenidos musicales en la franja horaria familiar con la finalidad de garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes, debido a un “creciente descontento ciudadano frente a un lenguaje con alto contenido sexual de canciones de reguetón (sic) o música urbana”.
Esto no le molesta a ‘Oveja Negra’, de hecho, lo aplaude porque está de acuerdo con que se cuide a los niños, pero su inconformidad es por el enunciado. “Es cierto que hay letras con contenido explícito, para mayores de edad, pero al poner un titular con ‘reguetón’, se está atacando a la gente que hace música urbana en general”, apuntó Maquilón, pues considera que no solo en este género hay ese tipo de contenidos que evoca a lo sexual. “La salsa, merengue, cumbia y bachata también lo tiene”, añadió.
Su presidente, Troi Alvarado, no está en desacuerdo con proteger a los menores de edad frente a presuntos contenidos negativos, pero sí en “generalizar” y “estigmatizar” al reguetón y la música urbana como uno de los promotores de este tipo de argumentos.
Primero, a criterio de Alvarado, debió realizarse un estudio sobre la verdadera influencia de este ritmo y sus temas.
CULPA AL TRAP
Más relajado respondió el artista Manuel Bailón, conocido como Don Manny. Según él, tiene clara la situación y sin dudarlo responsabiliza al trap, un subgénero del reguetón, por aquella disposición.
Cree que esta música fue la ‘gota que derramó el vaso’ lleno de prejuicios con los que siempre se ha mirado a la música urbana. Por ello sostiene que el pedido de la Supercom está mal enfocado y tiene una falla que es “meter al trap en el costal del reguetón, por ese contenido explícito en el más alto nivel, que ‘te sangra los oídos’”, manifestó.
Él es de los artistas que no está de acuerdo con esta tendencia que creció en internet y tiene gran aceptación e intérpretes en Puerto Rico, a pesar de que nació en Estados Unidos.
Don Manny considera que la principal responsabilidad de que los niños y adolescentes escuchen el trap es de los padres, porque esta música “hace rato” está censurada en las radios.
En el punto de vista sociológico no hay reparos. El sociólogo Andrés Martínez cree que es sano y necesario regular el contenido musical en este tipo de géneros. Explica que el reguetón y la música urbana sí influyen en este segmento de la población que, dependiendo de su edad o madurez, puede llegar a asumir un rol e imitar lo que escucha o ve en los vídeos musicales.
La Superintendencia de Comunicación, a través de un correo electrónico, respondió algunas inquietudes de EXTRA.
La Supercom asegura haber recibido “reiteradas denuncias a nivel nacional, a través de nuestros canales de información ciudadana, por el tipo de contenidos sexualmente explícitos que incluyen canciones de determinados géneros y que podrían lesionar los derechos de niños, niñas y adolescentes.”
También aclaró que la Ley de Comunicación “no censura ritmos, regula contenidos, si existe vocabulario sexualmente explícito o que incita al odio, es susceptible de un proceso”.
Añadió que esta alerta es solo para medios televisivos y radiales “pues el contenido sexualmente explícito es susceptible de regulación a través de los dos tipos de medios”.
REACCIÓN DE AER SOBRE EL REGUETÓN
Gabriel Arroba, dirigente y exvicepresidente de la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión, concuerda con Alvarado en que la regulación debería ser a los contenidos que, precisa, ya la aplican las radios con las franjas de horario. No está de acuerdo con el “prejuicio” que el comunicado establece sobre los géneros musicales mencionados porque son “una expresión cultural”. No cree que esta medida, ahora con la tecnología, impida que los menores y jóvenes accedan a este tipo de contenido. “Puedo coger mi celular, poner Spotify o en las redes sociales y escuchar lo que quiero, cuando quiero en el momento que quiero. Esta norma por ese lado está desfasada con la tecnología”.
(GM/AA)