SUSCRIBIRME POR $1/ 1 MES

Exclusivo
Buena Vida

Digisexuales, la tecnología como único placer

Se trata de una tendencia sexual en la que la tecnología y los sexbots son el único atractivo.

Imagen }
2050 el matrimonio David Levy, experto en inteligencia artificial cree que los matrimonios con robots serán legales antes del año 2050.

Es así que luego de ampliar nuestro vocabulario sexual para entender términos como pansexual (aquella persona que no distingue entre géneros para enamorarse), demisexual (una persona que no siente atracción sexual a menos que esté relacionada directamente a una fuerte atracción espiritual y emocional); o sapiosexual (aquellos que se enamoran de la inteligencia de otros), ahora hay que aprender a convivir con la digisexualidad.

¿Quiénes entran en esta categoría? “Personas cuya identidad o deseo sexual primario proviene exclusivamente del uso de la tecnología”, así lo define Neil Mccarthur, director del Centro de Ética Profesional y Aplicada, de la universidad que realizó el estudio.

La única forma de entenderlo es imaginándolo. Empiece por un escenario: el lugar, la hora, la temperatura, el olor. Después piense que frente a su nariz está alguien que es exactamente como usted quiere que sea; su cabello, su cuerpo sus labios, su color de piel... Ahora, reflexione que ese alguien puede cumplir cada idea y cada deseo que tenga. Sin protestar, sin juzgar, cada día. Las veces que quiera.

Esta perspectiva es sobre la que trabaja la industria de la robótica sexual, que se esfuerza cada vez más en conseguir que sea posible que un “algo” pueda parecer un “alguien”. Si se sintió tentado, no crea que es el único. En el mundo existen por lo menos 60.000 clientes que han pagado miles de dólares por una pareja mecánica.

De acuerdo con un reciente estudio de la Universidad de Manitoba, en Canadá, publicado en la revista Journal of Sexual and Relationship Therapy, el ascenso de esta nueva tendencia sexual ya se puede corroborar y agregar al espectro de la diversidad sexual. Además detalla que los terapeutas deben prepararse, lo más pronto posible, para abordar de manera profesional los desafíos y problemas que este tipo de orientación sexual presente.

Sin embargo, debe saber que los digisexuales, no solo se fijarán en robots y disfrutarán de tener sexo con ellos, también formarán intensas conexiones con sus asistentes personales como Siri de Apple y la pornografía en 360 grados que ya es popular en la red. En la medida en que la demanda por robots con capacidades de simulación emocional crezca, también aumentará la oferta de productos diseñados con este fin, auguran los especialistas.

Por ahora existen robots sexuales capaces de realizar hasta 50 posiciones automáticas; otros cuentan incluso con habilidades conversacionales, e incluso con un modo de sumisión bastante criticado. Además, se espera que entrada la década de 2020 los robots sexuales ya puedan adquirir habilidades de paseo, para ser incluidos como acompañantes en eventos sociales.

Si cree que todo esto no es más ficción y que los sexbots como en Westworld, Humanos y Ex Machina, solo están en la pantalla... no es así. Sepa que en abril de este año, un ingeniero chino, experto en inteligencia artificial, se casó con un robot que él mismo construyó después de no haber encontrado una esposa humana. Es más, se ha propuesto hacerla caminar de forma autónoma.

Los Casos

Empresario japonés dejó a su esposa por una robot

Senji Nakajami, un empresario japonés de 61 años, estaba casado y tiene dos hijos, pero no convivía con ellos por trabajo. Ante la soledad, adquirió una robot sexual y la bautizó Saori. Dos meses después se enamoró de ella. El japonés la lleva a pasear en una silla de ruedas, le compra vestidos, duerme con ella y le abrocha el cinturón cuando viajan juntos.

Ingeniero se casó con su robot a falta de novia

En China, el joven ingeniero Zheng Jiajia decidió que la mejor manera de quitarse de encima la presión del matrimonio era desposando a una robot de su propia creación. Y así lo hizo. Zheng, de 31 años, y la androide se dieron el “sí, quiero” en abril. Su reto, ha dicho el esposo, es lograr que camine.

CIFRAS

$ 300.000 millones mueve al año el sector sex tech y se prevé que esta cifra se dispare en muy poco tiempo.

60.000 clientes Abyss Creations envía hasta 600 muñecas sexuales hiperrealistas por año a clientes de todo el mundo. La cifra total de usuarios, sumando otras marcas se multiplica por 100.

$ 4.700 precio más bajo Samantha, una de las primeras muñecas en volverse robótica es una de las más baratas en el mercado y pasa los 4 mil.

La discordia por el modo ‘sumisión’

Los robots sexuales ofrecerán a sus amantes la oportunidad de vivir cualquier fantasía, sin importar qué tan enferma o inquietante sea. Ya hay una robot sexual llamada ‘Frigid Farrah’ que permite a los hombres simular una violación diciendo ‘no’ cuando alguien la toca.

Uno de los autores del informe de la Fundación para la Robótica Responsable, Noel Sharkey, lo ha justificado diciendo que es mejor violar robots que violar a personas reales. Mientras que Laura Bates, activista y fundadora del proyecto Everyday Sexism, cree que esto solo alentará más a los violadores.

Según Bates, dotar de esta función a las robots sexuales solo sugiere que la violencia masculina contra las mujeres es innata e inevitable, y solo puede mitigarse, no prevenirse.

“No solo es insultante, cambia por completo la responsabilidad de enfrentar estos crímenes, al tiempo que crea impunidad para los perpetradores. Hacer que tal solución esté disponible es arriesgarse a normalizar la violación dándole una cara públicamente aceptable”, afirmó a NY Times.