Buena Vida
La fascinación de robar ‘pequeñeces’ en los hoteles
Ya hay estadísticas que demuestran que españoles y argentinos serían lo que más se llevan cosas.
Cuando se está de viaje el hotel se convierte en todo sentido en la ‘segunda casa’. Tanto así que la sensación de familiaridad empuja a llevarse una que otra cosita. Lo que se elige depende del ‘buen ojo’ del huésped. El deseo lo puede despertar un shampoo, quizás un gel diminuto, una gorra de baño con elástico resistente, un papel higiénico o hasta un armador por si hace falta en casa.
Estas ganas locas de llevarse algo son tan habituales que una encuesta de Hotels.com desnudó que el 71 % de usuarios admiten haberse guardado algo durante sus estadías. El estudio fue un poco más allá y estableció un ranking de acuerdo a los países de origen y los robos de aquellas ‘pequeñeces’: Españoles y argentinos lo encabezan seguidos por los norteamericanos con 53 %. Claro que entre las visitas también están los menos ‘mano larga’ y da la casualidad que son orientales, coreanos, chinos y noruegos (31 %).
La serie ‘Friends’ (Amigos) expuso en la pantalla esta cotidianidad en uno de sus capítulos. El diálogo se da entre Chandler (Matthew Perry) y Ross (David Schwimmer) cuando les comunican que no hay más habitaciones que la suite presidencial por un valor de $600:
- ¡Oye, es un robo!
- No te preocupes, sé cómo recuperar el dinero. Es un lindo hotel y tiene muchas cosas buenas. Nos llevamos todo, como esas manzanas, en ves de tomar una, me llevo seis. (Ross va hacia el cesto y toma todo lo que puede).
Aunque no se lo ande gritando por todas partes, en secreto o entre amigos, esta realidad se comparte y se confiesa entre risas o con una ligera vergüenza. Aquí tienes tres testimonios de personas, que para evitar cualquier mueca del vecindario se omitió su verdadero nombre. Ninguno de ellos se conoce, pero todos han llevado sus ‘recuerditos’.
Estefanía, 25 años
Cuando viajé a New York fue una locura porque había shampoo, jabón, pañitos para limpiar la cara, creo que algo para limpiar zapatos. Me emocioné porque todos los días me daban nuevas.
Los shampoos por lo general son bien bonitos y siento que le hacen mejor a mi cabello. Mi hermana literal tiene una bolsa llena de mini shampoos. La verdad son prácticas, incluso para llevarlas en la cartera por si acaso.
Creo que además de los shampoos, lo que más me gusta llevarme es esos kits de costurero. Nunca los uso, siempre los necesito, pero los pierdo con frecuencia.
También te dejan vasitos para que te laves la boca o te sirvas café. Siempre he querido llevármelos, pero no lo hago por verguenza. Si no me dan cositas en hotel. Me siento estafada.
Roberto, 26 años
Siempre que voy de viaje me acuerdo de todo, menos de las toallas. Entonces, cada que voy al hotel me dan unas y si se nota que son nuevas porque la dan en fundas, aprovecho y me las llevo.
Igual nunca dicen nada porque es una pérdida general de los hoteles. Hay otras en cambio sin fundas que están así porque las reutilizan, esas sí no son recomendables porque te puedes llevar bacterias.
La primera vez me pasó en Cuenca, había unas toallas envueltas y como me iba a otro lado después, la llevé. Claro que esas toallas no las he acumulado, no las tengo en la casa porque las dejo en la última parada o las he regalado.
Camila, 28 años
Yo me agarré los shampoos en un hotel de El Cuzco porque todo, absolutamente todo, estaba caro y era como una forma de devengar lo que había invertido.
Con mi hermana agarramos shampoo, gel desinfectante, rinse, jabón, las zapatillas que regalan al salir de la ducha, botellas de agua, cepillo de dientes y pasta dental.
Repartimos todo en las maletas. Total, esas cosas no interesan a los hoteles, ellos se fijan en las toallas, forros de almohadas, cosas así. Esto igual suelo hacerlo siempre, pero en Cuzco tuve mayores razones.