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Así es como funcionan los trasplantes de cara
El trasplante de rostro consiste en un cambio completo donde literalmente te colocan la ‘careta’ de un donante.
Como si se tratara de una película de Steven Spielberg, los trasplantes faciales completos ya se aplican en el mundo médico. No se trata de pequeñas modificaciones estéticas como arreglar el perfil de tu nariz o estirar unas cuantas arrugas.
El trasplante de rostro consiste en un cambio completo donde literalmente te colocan la ‘careta’ de un donante. El caso más reciente fue el Katie Stubblefiel, una joven de 21 años que sobrevivió a un intento de suicidio.
Luego de que se disparó a sí misma los médicos consiguieron salvar su vida, pero su rostro quedó desfigurado. “Sentía que la gente me miraba y pensaba que tenía cara de cíclope o de monstruo de feria”, dijo para National Geographic.
El proceso de Katie para conseguir un nuevo rostro le llevó casi dos años hasta que en septiembre de 2018 finalmente pudo someterse a la cirugía. Antes de su intervención las actividades que cotidianas como leer y comer le resultaban todo un desafío.
Aunque al inicio no estaba planeado un trasplante completo, después de 31 horas en el quirófano los doctores consiguieron implantar el nuevo rostro de la joven. Con este procedimiento también aumentaron los riesgos de rechazo; sin embargo, el resultado fue más estético.
Este no ha sido el único caso de un trasplante completo. El primer procedimiento de este tipo ocurrió en 2010 se llevó a cabo en el Hospital Universitario Vall d’Hebron en Barcelona, España; pero en 2015 ya se realizaban trasplantes parciales y hasta la fecha según CNN, 40 personas en el mundo han recibido nuevos rostros.
Cameron Underwood, de 26 años, es uno de los casos donde se utilizó cirugía parcial ya que había perdido la mandíbula en un intento de suicidio. Aquí participaron casi 100 especialistas que tardaron 25 horas en el quirófano.
Este caso fue denominad por los medios como el trasplante más avanzado del mundo ya que fue el primero que uso una máscara facial de donante impresa en 3D en Estados Unidos.
¿A quién se le ocurrió?
National Geographic cuenta que fue una científica del Cleveland Clinic quien descifró que la posibilidad de otorgarle un nuevo rostro a una persona estaba más cerca de la realidad que de la ficción. Maria Siemionow, quiso poner en práctica todos los años de investigación y fue hasta 2004 que recibió la primera autorización institucional oficial para realizar una cirugía.
Aunque este método era innovador, los especialistas no tenían mucha fe en el inicio. “Hasta los amigos me decían: ‘Maria, estás perdiendo el tiempo’”, dijo Siemionow a NatGeo. Sin embargo, el alotrasplante —proceso en el cual células, tejidos u órganos son trasplantados de una persona a otra— llegó a finales del siglo XX para permitir el trasplante de la cara, manos y otras partes del cuerpo que no son órganos sólidos.
El procedimiento
Cualquiera podría pensar que el primer paso empezaría en la sala de quien espera el nuevo rostro, pero no. En el caso de Katie Stubblefiel todo inició en otra sala de operaciones donde despojaban al cuerpo de su donante de su futuro rostro.
Como si fuese una imagen sacada de una película de terror, la piel que cubría el rostro de la donante yace sobre la mesa mientras los doctores —aun visiblemente sorprendidos— toman imágenes para documentaron el procedimiento.
Steven Rueda es uno de los médicos que participaron en la cirugía. Él habló para BBC sobre los dos objetivos de los especialistas al realizar estos procedimientos: la apariencia y la función.
Antes de plantear la opción de un trasplante, Katie fue sometida a varias intervenciones para tratar de recuperar las funciones que cumplían los órganos que había perdido.
Luego de la extensa cita con el quirófano, y el largo período de recuperación los pacientes de este tipo de trasplantes deben tomar medicación antirechazo por el resto de su vida.
Pese a los grandes avances con respecto a este procedimiento, todavía faltan aspectos que arreglar.
Según NatGeo en 2016, la psiquiatra clínica Kathy Coffman “oyó como un integrante de un prominente equipo de trasplantes faciales reclamaba una moratoria”. A decir del medio, los pacientes presentaban más problemas de lo esperado con la medicación. Hasta ese año 6 de los 36 trasplantados (cifra hasta 2016) habían muerto.