Así es como la hormona ‘de la felicidad’ ayuda a la hora del parto

¿Podría alguna mujer pensar en sexo mientras está en labor de parto? Solo imagine: una gran barriga a punto de ‘explotar’ con una carga que irá arrancando piel, abriendo músculos y hasta desgarrando parte de su anatomía íntima y sexual para traer vida.

Y en esa escena, con líquidos saliendo y dolores intensos porque un cuerpecito lucha para dejar su estancia uterina, está su pareja estimulándole los pezones, o el clítoris para “ayudarle” a parir. O al menos, agilizar el proceso.

La idea no es descabellada. De hecho, en muchos casos hay que inducir la labor de parto con la aplicación de una hormona que se inyecta de manera intravenosa para producir contracciones uterinas. Esta acción también se podría conseguir, de manera natural, desde el coito.

Se trata de la oxitocina, una hormona que se encuentra en el cerebro y es conocida como la hormona de la felicidad, la empatía y el amor. Se libera en mayores cantidades durante las relaciones sexuales, logrando contracciones uterinas.

“La oxitocina es una hormona que se produce en el lóbulo posterior de la hipófisis que es la glándula pituitaria que tenemos en el cerebro; generalmente se libera grandes cantidades de oxitocina durante el coito, es lo que estimula las contracciones uterinas para producir esa sensación de confort durante la relación sexual; durante el parto la oxitocina se libera para estimular las contracciones uterinas y esto produce la dilatación y el borramiento del cérvix”, explica Juan Carlos Quinteros, médico ginecólogo.

De ahí que se utilice la fórmula sintética en el momento del parto. Sin embargo, es difícil encontrar en los centros médicos, indicaciones de su uso en su estado natural; es decir, estimulándola para ayudar a parir, sea con actividad sexual u otras acciones que hagan liberarla.

Según las experiencias de usuarias de hospitales públicos y de la Seguridad Social, son pocos los médicos que le explican a la paciente sobre las medicinas que van a utilizar al momento de estar en labor; y, en menor número, quienes permiten que un familiar o la pareja acompañe este proceso doloroso de dar vida. Menos aun se explica sobre la posibilidad de agilizarlo con actividad sexual y el estímulo de la oxitocina natural.

“Me metieron a la sala de preparto sola, pese a que queríamos tener esa experiencia con mi esposo, o sea, él acompañándome y viendo nacer a la bebé. Como las dilataciones no aumentaban me inyectaron algo en el suero que me habían colocado previamente. Al rato, los dolores fueron más intensos y el parto se dio en cuestión de minutos”, contó una usuaria de un hospital de la ciudad.

“La liberación de oxitocina va a favorecer completamente el trabajo de parto, y asimismo, posterior a él”, explica el sexólogo Edison Pazmiño.

De acuerdo con el experto, además de las relaciones sexuales, la oxitocina también se produce por acciones y gestos. “Una caricia, un roce, palabras de cariño, de apoyo, hacen que también se libere la oxitocina, que además afianza el vínculo de pareja, y luego con el recién nacido. También aumenta la producción celular, y con ello la prolactina en la madre para producir más leche”, afirma Pazmiño.

Por su parte, Quinteros, indica que después de que nace el bebé, viene el alumbramiento, lo que se conoce como la expulsión de la placenta y se requiere que se mantengan las contracciones uterinas.

“Para esto hay muchas maneras de estimular que estas contracciones sigan. Se le puede decir a la mujer que se estimule sus pezones, tocándolos, dándole masajes con sus dedos simulando o siguiendo las manecillas del reloj, dándole vueltitas al pezón y esto estimula también que haya liberación de oxitocina para que venga la expulsión de la placenta en el tiempo indicado”, señala el ginecólogo.

Es decir, hay prácticas que sugieren que la oxitocina natural sería de gran ayuda previo al parto, durante la labor y después del alumbramiento. Y qué mejor que sea junto a la pareja.

“No hay estudios que confirmen que tener relaciones sexuales estimule a que el trabajo de parto se acelere; sin embargo, si es que no hay ninguna contra indicación de tener relaciones sexuales, es decir, si la mujer no tiene placenta previa, o si no hay alguna fístula amniótica que pudiera producir algún riesgo de infección, la mujer puede tener relaciones sexuales y con esto estimular a que haya más contracciones y por ende estimular a que el trabajo de parto se acelere un poco”, concluye Quinteros.