Buena Vida
Una mosca aterrizó en mi plato... ¿Sigo comiendo?
Estás disfrutando tu platillo favorito, pero te distraes un segundo y cuando vuelves a mirar una intrusa se pasea sobre tus alimentos. Una pregunta salta a tu cabeza enseguida: ¿Tiro o no la comida? Te contamos qué es lo que debes hacer si una mosca ll

Imagen del filme La Mosca de David Cronenberg.
Estás disfrutando tu platillo favorito —ese por el que esperaste todo el día— te sientas frente a él, pero te distraes un segundo; no tardas en volver a mirar y te encuentras con una intrusa que merodea descaradamente por tu comida.
¿Te suena familiar? Varias personas han vivido esa escena. Los platillos y los sitios cambian, pero no el movimiento de sus extremidades frotándose —como en una especie de baile de victoria— sobre lo que estabas a punto de meter en tu boca.
Y es que cuando una mosca aterriza sobre tu festín, casi automáticamente la mandas a volar; sin embargo, una duda aterriza en tu cabeza como ese insecto sobre tu sánduche: ¿Deberías seguir comiendo o dejarlo?
En 2014, la empresa estadounidense Orkin realizó una encuesta a más de 300 personas y el 67 % de los participantes aseguró que no seguiría comiendo si se topara, por ejemplo, con una cucaracha en un establecimiento; en cuanto a las moscas, esas al parecer no le quitan el hambre a muchos: solo el 3 % de los encuestados dijo que dejaría de comer si encuentran una.
Entonces, ¿qué tan peligrosa es la comida mosqueada? Al llegar estos insectos —de los que existen más de 160.000 especies— exploran “el nuevo terreno en busca de alimento. Si consideran que la sustancia es digna de comer, regurgitará saliva sobre la superficie”, explica Dana Nayduch, bióloga molecular del Departamento de Agricultura de EE. UU., a Vice.
Sí, eso quiere decir que escupen en tu banquete. Y lo hacen con el objetivo de licuar y luego ingerir lo que comes. Pero no solo eso: también es probable que defequen mientras se pasean por allí, publica ese medio.
No obstante, lo que la mosca transfiera depende de qué anduvo haciendo antes de colarse en tu plato, pues “podría haber visitado algunos lugares desagradables, como contenedores de basura y excrementos de perros en un área más urbana, o granjas y cadáveres de animales en una zona más rural”.
Asimismo, podría haber consumido bacterias o transportarlas en distintas partes de su anatomía como sus alas, hocico y patas. De hecho, Nayduch —junto a otros expertos— encontró cerca de 200 patógenos en moscas domésticas adultas.
¡Pilas y mosca!
“El problema es cuando los microbios que transportan las moscas entran en contacto con alimentos no cocinados y se dejan en condiciones favorables al crecimiento de bacterias, por ejemplo, fuera de la nevera”, apunta el zoólogo y profesor de Biología Ambiental y Biodiversidad de la Universidad de Navarra, Enrique Baquero, citado por La Vanguardia.
Así que la próxima vez, tal vez quieras pensarlo dos veces antes de seguir comiendo luego de que uno de estos amiguitos haya pasado por tus alimentos.