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La pintura del siglo XVIII de Anton Domenico Gabbiani sufrió un daño leve después de que un visitante cayera sobre ella mientras intentaba tomarse una foto.Montaje extra

Un selfie imprudente daña pintura de 300 años en la Galería de los Uffizi

Un turista dañó una pintura barroca al intentar tomarse una foto, lo que ha generado indignación y nuevas restricciones.

La Galería de los Uffizi, uno de los museos más emblemáticos de Italia, fue escenario de un nuevo incidente provocado por la moda de las selfies. El sábado 21 de junio, un turista derribó y dañó una pintura del siglo XVIII mientras intentaba tomarse una fotografía imitando la pose del personaje retratado.

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La obra afectada fue un retrato de Ferdinando de’ Medici, pintado en 1712 por el artista barroco Anton Domenico Gabbiani. Según reportes del museo y medios locales, el visitante perdió el equilibrio al subir a una plataforma de exhibición para capturar la imagen, lo que provocó que cayera sobre el lienzo, desgarrándolo en su parte inferior.

Un gesto imprudente con consecuencias legales

Aunque los daños al cuadro fueron calificados como menores y la restauración ya está en curso, las autoridades del museo presentaron una denuncia formal contra el turista por causar daño al patrimonio cultural. La Fiscalía de Florencia ya ha iniciado una investigación sobre el hecho.

El museo informó que se trató de un acto de “negligencia grave”, y que el hombre no solo violó las normas de seguridad internas, sino que también cruzó una línea ética al anteponer una fotografía personal al respeto por una obra de más de 300 años de antigüedad.

Nuevas medidas: restricción al uso de celulares en salas de arte

El director de los Uffizi, Simone Verde, expresó su preocupación por el aumento de incidentes relacionados con selfies en los museos y anunció una serie de medidas preventivas. Entre ellas, se limitará el uso de teléfonos móviles para la toma de fotografías dentro de ciertas salas, especialmente aquellas que albergan obras delicadas o valiosas.

“Estamos viendo cómo los visitantes se acercan al arte como si fuera una escenografía para redes sociales, olvidando que se trata de piezas insustituibles de nuestro patrimonio histórico”, declaró Verde. “No se trata de prohibir la tecnología, sino de fomentar una actitud responsable frente al arte”.

Incidentes similares: una tendencia preocupante

Este no es el primer episodio en el que un turista daña una obra de arte en Italia. Hace unas semanas, otro visitante rompió una escultura decorada con cristales Swarovski en el Museo Maffeiano de Verona tras intentar sentarse en ella para una foto. A finales del año pasado, un fragmento del Coliseo fue dañado por un turista que intentó grabar sus iniciales en las piedras milenarias.

Expertos en patrimonio han advertido sobre la creciente presión que el turismo de masas y la cultura del “contenido viral” están ejerciendo sobre los museos y monumentos históricos. Algunos incluso proponen reevaluar los protocolos de acceso y supervisión en instituciones culturales.

Rediseño de espacios y cultura del respeto

En el caso del incidente en los Uffizi, se evalúa también el rediseño de las plataformas internas y los límites físicos dentro de las salas, ya que se sospecha que el mobiliario museístico no contaba con las protecciones adecuadas para evitar este tipo de caídas.

El museo está revisando sus políticas para reforzar la vigilancia, instalar señalizaciones más explícitas y capacitar al personal para intervenir de manera oportuna. Además, se impulsará una campaña educativa para sensibilizar a los visitantes sobre el valor histórico y artístico de las obras que observan.

Una llamada de atención global

Este episodio en los Uffizi no solo ha generado indignación en Italia, sino que también ha abierto un debate global sobre cómo equilibrar el acceso abierto a la cultura con la necesidad de protegerla del descuido o el mal uso. Mientras los museos se adaptan a un mundo hiperconectado, los turistas enfrentan una responsabilidad creciente: admirar sin invadir, capturar sin dañar.

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