La cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular ocasionaron 15.2 millones de muertes en 2016 a nivel mundial y han estado entre las principales causas de muerte en los últimos 15 años, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ambas son enfermedades no transmisibles que tienen que ver con el funcionamiento del corazón, por lo que existe un Día Mundial para recordar la importancia de los controles y el cuidado de este órgano.

En un accidente cerebrovascular se interrumpe o se reduce el suministro de sangre que va a una parte del cerebro, lo que impide que el tejido cerebral reciba oxígeno y nutrientes. Las neuronas cerebrales empiezan a morir. En una cariopatía isquémica, las arterias que suministran sangre al músculo del corazón se obstruyen, de manera parcial o completa, por lo que no le llega el flujo sanguíneo.

En el Día Mundial del Corazón, que se celebra el 29 de septiembre, se recuerda la necesidad de buenos hábitos alimenticios y la actividad física para procurar el buen funcionamiento del corazón.

Los controles son necesarios, explica el doctor Ernesto Peñaherrera Patiño, jefe del servicio de cardiología del hospital Luis Vernaza. En este centro, a propósito de la conmemoración del Día del Corazón, se realizó una campaña de salud que incluyó toma de presión arterial y verificación del peso pues la hipertensión y la obesidad son factores de riesgo para sufrir una cardiopatía.

Los factores de riesgo son:

- Hipertensión arterial superior a 140 /90 mm Hg (milímetros de mercurio)

- Tener el colesterol más de 200 (miligramos por decilitro)

- Tener la glucosa en más de 100 mm

- No hacer ejercicio

- No comer suficientes frutas y vegetales

Si la persona presenta alguno de estos indicadores debe visitar al médico para alcanzar los objetivos de salud cardiovascular, que implica cambiar hábitos alimenticios y de actividades diarias. “Una persona que nunca ha hecho ejercicios puede empezar con media hora al día e ir incrementando”, aconseja Peñaherrera.

Afecta también a niños

Las cardiopatías aparecen, generalmente, en adultos mayores entre 50 y 70 años. Sin embargo, existe una cardiopatía que afecta a los niños, y es la congénita, es decir, que el infante nace con esta condición y debe ser reconocida a tiempo para poder ser tratada, la mayoría de las veces, con cirugía, explica el doctor Ricardo Brizeño Barboza, especialista en recuperación cardiovascular pediátrica, del hospital Francisco de Icaza Bustamante.

“Las cardiopatías congénitas siguen siendo una de las principales causas de mortalidad, de tal manera que los niños son susceptibles a, lamentablemente, tener un desenlace fatal cuando se presentan estas cardiopatías y sobre todo si no se detecta a tiempo”, indica el médico.

En recién nacidos, uno de los síntomas que podemos observar es la cianosis peribucal y la cianosis distal (coloración azulada de los deditos). “Ese signo es de muchísima relevancia ya que puede ser la manifestación única en un recién nacido, además de que cuando la mamá lo está lactando el niño se cansa, empieza a ponerse sudoroso; la mamá siente que las palpitaciones del corazón le aumentan y esos ya son signos importantes”, refiere Brizeño.

En infantes de mayor edad “el cansancio hacia el ejercicio, la sudoración y las palpitaciones son signos cardinales que nos pueden hablar de cardiopatías congénitas también en los niños mayores”, añade.

De ahí la importancia de que en el Día Mundial del Corazón se ofrezcan charlas y educación en salud para que padres y parientes estén atentos a los signos que se puedan presentar y detectar a tiempo una afectación.