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Diario Extra Ecuador

Buena Vida

“Un tabaquito no hace daño”: Mitos y verdades sobre fumar

Está claro que para muchas personas es difícil dejar de fumar ya que deben enfrentar una dependencia física (nicotina) y psicológica.

Existen diferentes tipos de fumadores, cada uno con sus propias características.

Existen diferentes tipos de fumadores, cada uno con sus propias características.Pixabay

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Las justificaciones para continuar fumando las solemos tener en la punta de la lengua y listas para decirlas. Estas justificaciones parecen tener sentido en ese momento, pero no se ajustan a la realidad de tu problema de consumo de tabaco. Algunas de esas justificaciones más comunes son:

“Sólo voy a fumar un cigarrillo para soportar esta situación difícil”.

“Hoy no es un buen día. Dejaré de fumar mañana”.

“Éste es mi único vicio”.

“De algo tiene uno que morirse”

Está claro que para muchas personas es difícil dejar de fumar ya que deben enfrentar una dependencia física (nicotina) y psicológica. Cuando los fumadores tratan de disminuir la cantidad de cigarrillos o dejar de fumar, la ausencia de nicotina origina síntomas de abstinencia, tanto físicos como psicológicos.

Los primeros causan molestias, pero no representan un riesgo para la vida. Sin embargo, si no estás preparado para afrontar estos síntomas (temblores en manos y pies, sudoración excesiva, garganta seca e irritada, náuseas), puedes recaer.

Mientras los psicológicos (ansiedad, depresión, irritabilidad, falta de concentración) son considerados como los más difíciles de superar. Ten en cuenta que al haber fumado por muchos años, esta acción (fumar) se convirtió en parte de tu vida cotidiana, así como comer o ver televisión, por lo cual te puede tomar algún tiempo en perder la costumbre de hacerlo.

Existen diferentes tipos de fumadores, cada uno con sus propias características, pero que se relacionan por inhalar humo de tabaco:

El negativo: aquel que sólo utiliza el cigarrillo como si se tratase de un método de relajación, lo cual suele ser en situaciones complejas.

El crónico: suele fumar gran cantidad de tabaco sin ser consciente del daño que está haciéndose a sí mismo.

El hedonista: sólo fuma de vez en cuando, es decir, tiene control de la sustancia. Además, disfruta cada cigarrillo.

El drogodependiente: es adicto y dependiente a la sustancia en mayor grado que todos los demás; al cual no puede faltarle los cigarros y puede estar fumando constantemente uno tras otro. Es el que está en lo más alto (crónico) de la escala de tabaquismo.

El pasivo: no fuma cigarrillo pero inhala el humo producido por la consumo del tabaco ya que está rodeado de fumadores. Este grupo suele ser los más afectados de todos los tipos de fumadores.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) ha identificado algunos de los mitos y verdades respecto a los efectos del tabaco, y que los fumadores toman a la ligera:

“Hay muchas cosas peores que el tabaco”

En el mundo mueren casi seis millones de personas al año por causa del tabaco. Cada 6 segundo muere una persona por causa del tabaco.

“Dejar de fumar es cuestión de fuerza de voluntad”

Frecuentemente, cuando se plantea dejar de fumar, aparece la idea de fuerza de voluntad como algo necesario para conseguirlo. Este concepto incluye aspectos tan variados como capacidad de esfuerzo, constancia, resistencia ante los problemas y/o los obstáculos, etc. Si bien todo ello resulta necesario en el proceso de abandono del tabaco, también es importante saber que la fuerza de voluntad no es un rasgo de la personalidad, no es algo que se tenga siempre o por el contrario algo de lo que se carezca.

“Dejar de fumar es muy fácil. Yo lo he dejado miles de veces”

Frase típica de muchos fumadores durante el proceso de dejar de fumar. Pero, si es tan fácil dejar de fumar ¿por qué se deja miles de veces? Mantenerse sin fumar es algo que se aprende, y por ello es posible fracasar en algunos intentos hasta que finalmente se consigue. Probablemente, si se pregunta a los exfumadores conocidos, muchos contestarán que lo intentaron más de una vez hasta que lo lograron. En algunos casos, los fumadores no se proponen dejar de fumar por temor a las recaídas, haciendo su esfuerzo inútil.

“Hay pocas cosas tan gratificantes como el tabaco... Si lo dejo, disfrutaré menos de la vida”

Para muchos fumadores, fumar un cigarrillo es un placer. Ante esto, cuando se empieza a dejarlo es frecuente que aparezca la sensación de haber perdido algo importante. Sin embargo, a medida que transcurren los días, esta sensación desaparece. Poco a poco, el cigarrillo perderá su importancia y se volverá a disfrutar otras cosas y actividades de la misma forma que antes.

“Una embarazada puede fumar poco y no daña al feto”

Siempre que se fuma se producen alteraciones en el feto, ya que los componentes del tabaco atraviesan la barrera placentaria.

“Es peor el remedio que la enfermedad”

Muchos fumadores tienen miedo a sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia: irritabilidad, nerviosismo, aumento de peso, etc. Estos síntomas, que no tienen porqué aparecer con la misma intensidad en todos los fumadores, son temporales y en gran medida controlables por la misma persona.

“No hace tanto daño como dicen”

Aunque durante un tiempo el fumador no note los efectos negativos del tabaco, indiscutiblemente se está produciendo el daño en su organismo. La sola acción de fumar un cigarrillo produce aumento de la tensión arterial y una elevación de la frecuencia cardíaca de 10 a 15 latidos por minuto.

“El humo del tabaco sólo afecta a los ojos y a la garganta del fumador pasivo”

El fumador pasivo tiene mayor riesgo de padecer todas las enfermedades producidas por el tabaco, agravándose esta situación en el caso de los niños. En el 2004, el humo ambiental del tabaco fue responsable de 600.000 muertes prematuras en todo el mundo. El 28% eran niños.

“Cuando estoy nervioso, lo único que me ayuda es fumar”

La realidad es que la nicotina es una sustancia estimulante, no relajante. Es posible que en el momento el fumador note alivio, quizás porque reduzca la sensación de abstinencia pero, a medio plazo, al fumar está aumentando la tensión del organismo.

“Una persona que fuma menos de 5 cigarrillos diarios no es fumadora”

Con tan sólo un cigarrillo diario, ya eres considerado una persona fumadora, ya que existe una dependencia.

“El tabaco no es una droga”

Una droga se define como una sustancia que provoca adicción física y psicológica, y su retirada provoca síndrome de abstinencia. El tabaco cumple todos estos requisitos. Recuerda que la nicotina que traen los cigarrillos es adictiva, igual que una droga.

Tips y consejos para dejar el vicio

Dejar de fumar es posible, pero requiere, además de ayuda profesional, voluntad del fumador. Empezar haciendo una lista de motivos personales para dejar de fumar es un comienzo. Procura poner esta lista donde se vea todos los días para no olvidar este propósito.

También puedes seleccionar una fecha para dejar de fumar y asegúrate de que sea un momento de tu vida en el que estés tranquilo y no tengas mucho estrés.

Además habla con tu familia y amigos acerca del plan para dejar de fumar. Pídeles apoyo y comprensión en el camino a dejar el tabaco. Como opción adicional podrías pedirle a un amigo fumador que considere dejarlo igual que tú.

Otras formas diferentes para dejar de fumar, y que pueden ser combinadas son hablar con un profesional de salud sobre lo que sería mejor para la persona que quiere dejar de fumar. Pregunta si sería útil asistir a sesiones de psicoterapia, acupuntura o hipnosis para sumar esfuerzos o una clase sobre cómo dejar de fumar o incorporarse a un grupo de apoyo.

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