Buena Vida
Una inolvidable metida de pata

Por Ángel Amador
angel77amador@gmail.com
Una ‘metida de pata’ fue su pase a una inolvidable experiencia sexual. Así fue literalmente. Jorge es un habitual deportista. Un día, como la mayoría, salió de su casa a correr cuando todavía la luz del sol no ilumina el gris pavimento. Aún lo recuerda y no sabe cómo no lo vio. Un hueco en el camino lo llevó directo al suelo. Rodó unas cuantas veces antes de quedar boca abajo sobre la fría calzada. No podía pararse. Se dobló el tobillo.
Ese día no fue al trabajo. En el hospital, una principiante doctora de nombre Cecilia lo atendió. “Es un esguince”, le dijo mientras miraba a contraluz una radiografía.
Le ordenó que se recostara en la camilla y esperara. Jorge miraba al techo mientras pensaba en lo estúpido que fue al no percatarse de aquel hueco que ahora lo mantendría postrado en cama por unos cuantos días. Escuchó el rechinar de la puerta del consultorio. Era Cecilia. Llegó con más papeles, unos ungüentos y una bota ortopédica.