El vello axilar ¿Te libera o te incomoda?

Una nueva campaña publicitaria quiere fijar el vello axilar como un extra natural del cuerpo que merece la pena mostrar. Ya sabes algo así como: cosa ondulada, cosa negrita, cosa tosca, cosa bien hecha.

Eso es el vello. ¿A quién no le dio ansiedad cuando era puberto ver esos primeros pelos parados? Ya luego estorban y viene el momento de las rasuradoras, la cera, la cremita y si tienes más presupuesto, venga el láser para decirles adiós definitivamente.

La marca de zapatos Converse no quiere que te despidas de ellos. En realidad, ya algunas mujeres —antes de que Lourdes Leon, la hija de Madona, protagonista de la campaña— han abierto sus brazos sin preocuparse por esas vellosidades.

Sin embargo, aunque los publicistas lo vendan como una moda desde la lencería que te libera del gasto y hasta la irritación de una rasuradora, en Ecuador las mujeres le dicen que no al pelo.

Al menos así lo hicieron en redes sociales y así lo confirma la cosmiátra Lorena Duman, quien con su experiencia de trabajo en centros de belleza, se anima a decir que “la mayoría de mujeres no quiere tener vellos, lo consideran antiestéticos”. Cuando ella trabaja en un spa atendía en promedio 3 mujeres por día para depilación definitiva.

En resumen: Chao vellos, hola láser.

Los comentarios a la encuesta planteada por Diario Extra sobre este tema fueron más o menos así:

“Ni en sueños”. “¡Uy, no, guácala!”. “Eso se ve antihigiénico”. “Qué asco”.

Los resultados a favor fueron apenas del 25% frente al 75% que estaba muy en contra de lucir esas frondosidades en las axilas. Pero...¿Será que esto de no quererlos es algo aprendido?

Digamos que la belleza siempre ha estado libre de vellos. No por nada Grecia y China lo tenían clarísimo en lo que se veía guapo no combinaba con esos pelos abundantes y cortitos.

Un par de dermatólogas argentinas se animaron hacer una especie de ensayo sobre la dermatología estética a través del tiempo. El vello siempre fuchi, lo que ha cambiado es la forma de retirarlo.

Esto por ejemplo, pasaba en Grecia: “El cuerpo depilado era el ideal de belleza, juventud e inocencia. Desde jóvenes depilaban el pubis”.

¿Dijeron China? Pues ellos siempre un poco más exóticos: “En China la depilación era signo de higiene y pureza. Las religiosas budistas debían afeitarse la cabeza de manera ritual”.

Hay un artículo similar elaborado por un académico de Colombia que aborda ese vello como el síntoma de algo reprochable y de descuido: “La remoción del vello corporal a fines de los años setenta ya era norma, pues todas las mujeres no solo debían rasurar el vello de sus axilas sino también el de sus brazos y piernas”.

El autor es Luis Alfonso Díaz-Martínez y no ha sido el único que ha investigado sobre lo mal visto del vello en general.

Un escritor estadounidense explicaba ya en 1987 el porqué le decimos que no insistentemente a estos pelos: “Ya se documentaba con claridad en el imaginario colectivo que las mujeres que no eliminaban el vello de brazos y piernas eran menos sociables, inteligentes, felices y positivas”.

Que si o que no, ya será decisión de cada mujer. Aunque para volverle a tomar el gusto al vello y verlo bello hay otras campañas que han tratado de hacer de esta añadidura corporal sea tendencia.

No importa que salga de las axilas, los genitales o las piernas: quieren quedarse contigo.