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Ver pornografía en exceso podría provocarte disfunción eréctil

Una investigación clínica y anecdótica reveló que el uso de pornografía es un factor para que los varones sufran de problemas sexuales.

La disfunción eréctil afecta a gran cantidad de hombres en todo el mundo. Se trata de la incapacidad de lograr una erección para consumar el acto sexual de forma satisfactoria. Una investigación clínica y anecdótica reveló que el uso de pornografía es un factor para que los varones la padezcan.

De acuerdo con el estudio realizado por la organización The Reward Foundation (Reino Unido), los hombres sienten ansiedad y frustración al no poder imitar escenas sexuales que aparecen en las películas para adultos.

El aumento del consumo de estos audiovisuales explica por qué los millennials tienen menos relaciones sexuales que la generación anterior a ellos, según un estudio publicado en la revista Archives of Sexual Behavior.

Las creencias erróneas sobre el rol masculino en las relaciones sexuales influyen negativamente provocando inseguridades que impiden una erección saludable.

“Hasta 2002, la incidencia de hombres menores de 40 años con disfunción eréctil fue alrededor del 2-3%. Desde 2008, cuando el porno de alta definición y transmisión gratuita llegó a ser tan fácilmente accesible”, sostiene The Reward Foundation, organización benéfica que estudia las relaciones sexuales y amorosas.

Los individuos se acostumbran a tener el control de su experiencia sexual en solitario y se adaptan a la dinámica que se muestra en los vídeos triple X. Algo que, en la vida real, podría complicar las relaciones sexuales del consumidor.

De acuerdo con la investigación, la industria pornográfica está “mal educando” a las personas, porque llegan al encuentro sexual sin saber qué hacer. No saben cómo complacer a su pareja y no tienen las herramientas suficientes para una verdadera satisfacción.

“El exceso de pornografía está cambiando la forma en que los niños se excitan sexualmente y lo hace durante sus años de formación, en una época en la que son más vulnerables a los trastornos de salud mental y las adicciones”, concluye el informe.

Existe una confusión entre lo que es real y lo que es actuado. El estudio revela que a los jóvenes les resulta difícil diferenciar entre lo que es ficción y que olvidan que se trata de dos actores dirigidos por alguien tras cámaras y que, al finalizar el rodaje, el producto que consumen fue editado para su transmisión.