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Psicología

¡Cuidado! hay verdades que pueden ‘atropellar’

El problema no es la sinceridad, sino que alguien la exprese sin el más mínimo tacto y empatía. Recibirla de esta manera puede lastimar a quien la oye

sinceridad
Comunica una dura realidad o forma de pensar con respeto y empatía.Pixabay

Decirle sin ‘anestesia’ al nuevo compañero en tu trabajo: “Ñaño, te van a ‘chapetear’ porque no cumples las expectativas del cargo”; o revelarle un secreto familiar a un pariente y contarle con gran frialdad que su padre no quiso darle su apellido al nacer. Hacer eso sin más ni más es un gesto de poca consideración al estado emocional de la otra persona.

Por lo general este tipo de ‘atropellamiento’ emocional se manifiesta en un lugar y momento inadecuado, con palabras y expresiones cargadas de indiferencia.

Para la psicóloga Mariela Delgado, no se trata de camuflar o disfrazar la verdad, minimizarla o emplear las mentiras piadosas. “Haga al otro lo que quiere que hagan con usted, es una regla de vida sana”, enfatiza la experta en salud mental.

Es fundamental la intención, por eso antes de ser sincero analice si lo que va a decir construye o destruye, obviamente devele lo que edifique.

Es común que quien sea muy sincero y tosco a la hora de hablar, probablemente aprendió ese comportamiento o estilo de comunicación en casa.

La extrema sinceridad puede traer ‘pitos’, tanto para el que la ‘suelta’, como para quien la escucha. El que la revela quedará como impertinente, un ‘pobre y triste’ e insensible; muchos lo querrán… pero lejos de ellos, es decir, tendrá poco ‘panas’.

Y el que le presta oídos podría caer en una depresión o volverse agresivo con él.

¿Qué hacer con este tipo de ‘pipol’?

1. De una dile: ¿Sabes que la forma en la que te comunicas me hace sentir mal? Si esta persona reflexiona, conversen al respecto, pero sino… ¡’sácatela’ de esa relación!

2. Quien no tiene ‘pelos en la lengua’ puede que no se dé cuenta de lo que hace, por eso sugiérele que acuda a un psicólogo para que le ayude a organizar sus pensamientos y no lastime a nadie cuando los emita. Con las técnicas que le enseñe el experto podrá darse cuenta que una cosa es la franqueza y otra la rudeza.