Cansada de que le hicieran bullying durante toda su vida, Coral Sánchez, de 29 años, decidió no volver a afeitarse.

Cuando era niña, en su colegio era duramente juzgada por sus compañeros, dado que siempre le crecía un vello oscuro y grueso en su cara.

Todo llegó al punto que, a medida que fue creciendo, lo ocultaba a más no poder. Cuando tenía parejas, siempre intentaba levantarse más temprano que ellos para entrar al baño y afeitarse.

Durante toda la etapa del colegio y de la universidad, tuvo que recurrir al maquillaje para no sufrir por la crudeza de los comentarios de otros.

“Creo que comencé a afeitarme porque era lo que debía hacer. Me daba cuenta de que otros niños hacían comentarios sobre mis pobladas patillas. Me afeitaba todas las mañanas cuando me levantaba y a las 2 de la tarde ya tenía una barba crecida”, comentó Sánchez en entrevista con un diario de Estados Unidos.

La mujer, oriunda de Seattle, actualmente está casada y vive feliz. Incluso develó su secreto a su cónyuge, quien la aceptó sin peros.

También fue un pilar importante a la hora de tomar la decisión. Le mencionó que no se marcharía ni mucho menos en caso de que decidiera dejarse crecer la barba.

Por lo cual, Coral, desde hace más de un año, no se ha vuelto a cortar ningún vello de su cara.

Aseguró que esto la hace mucho más segura de sí misma y que es una tranquilidad que la persona que ama la pueda comprender de esa manera.

La mujer dijo que tiene una afección conocida como hirsutismo, lo cual le genera que tenga estos vellos en su rostro.

Sin embargo, esto proviene de un síndrome base, el cual es ovario poliquístico, lo que le afecta el funcionamiento de los ovarios.

“A medida que fueron pasando los años, cada vez era más difícil aplicar la cobertura de maquillaje total para ocultar el crecimiento de la barba. La gente me miraba, pero no decían nada”, acotó.

Finalmente, aseguró que se impactó que podía verse femenina aun teniendo barba.

“Quiero poder ayudar a otras personas a aceptar cómo se ven”, concluyó.