La Mujer Maravilla o Wonder Woman es mucho más que un minúsculo traje rojo y azul. Es una heroína que encabezó la lucha social de las mujeres y una mujer trabajadora.

El personaje nació en un contexto de conflictos armados, en 1941, cuando el planeta sufría con la Segunda Guerra Mundial y los hombres (de Estados Unidos) estaban en las trincheras. La mujer era el motor de la fuerza laboral de una democracia amenaza por los nazis.

Esa era el espíritu del cómic, que se publicó por primera vez en el número 8 de la revista All Star Cómics; ese era el sentido que su creador, Harvard William Moulton Marston, quiso darle al personaje.

Ese espíritu también hizo que la ONU, en el 2016, nombrara a la Mujer Maravilla como embajadora honorífica para el empoderamiento de las mujeres y niñas. Pero, el título hizo que surjan protestas entre los miembros porque no se lo entregó a una mujer de carne y hueso. La idea de la ONU era entrar en la conversación en las redes sociales con una campaña que promueva el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género.

Una de las críticas era justamente el estereotipo de mujer perfecta que genera la también conocida como Princesa Diana (de Thermyscira): cintura de avispa, cabello largo, senos grandes, ojos azules; ropa pequeña. Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó, los soldados regresaron y la mujer - cuenta la historia - retomó labores domésticos y Wonder Woman dejó de ser una superheroína con causas sociales y se convirtió en un personaje plano.

Las críticas sobre la nueva película, que se estrena este 2 de junio en Ecuador, hablan que la producción es de las mejores que ha hecho DC en su recapitulación de su universo extendido. “Wonder Woman es inteligente, lisa y satisfactoria en todas las maneras que deben ser las películas de superhéroes. Es deliciosamente irónico que, en un género donde los hombres parecen tener toda la diversión, sean dos mujeres las que demuestren cómo se debe hacer”, dice la crítica de Enterteiment Weekly.

El personaje se ha caracterizado por esas rupturas a lo largo de las décadas. En los 70, con la aparición de la serie de TV, y el renacimiento de movimientos sociales en EE.UU., la Mujer Maravilla retomó un protagonismo de una mujer profesional, independiente, fuerte, decidida y con su valor original: la búsqueda de la verdad. Aunque nunca perdió ese halo de mujer físicamente perfecta. Al punto que para encarnar a la última Mujer Maravilla se escogió a la exMiss Israel y ahora actriz Gal Gadot

Pero, las barreras e intolerancias con las que creció el personaje no han caído. En Líbano, según la agencia AFP, se prohibió la exhibición de la película protagonizada por la israelí y fundamenta su censura en una recomendación de la Oficina de boicot a Israel de la Liga Árabe.