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Las zonas íntimas femeninas tienen unas características propias, que hacen que su cuidado e higiene sean diferentes a los de otras partes del cuerpo.EFE

Cómo cuidar la zona íntima

Como cualquier órgano del cuerpo humano, la zona vaginal también envejece, es importante la aplicación de hidratantes vaginales que favorezcan la recuperación de la elasticidad de la vagina.

Nadie se plantea qué es necesario para lucir un cabello y una piel limpia y saludable, ¿pero se sabe cómo cuidar la vagina?

“La salud íntima es una parte crucial del bienestar de la mujer”, explica a Efe Estilo Keech Combe Shetty, Ceo de la empresa Combe y embajadora mundial de Vagisil.

Según un estudio realizado por Combe nueve de cada diez mujeres declaran que la salud íntima es muy importante para ellas, tan solo tres de cada diez habla sobre ella.

Un dato que llama la atención porque la piel vulvar está en contacto con secreciones originadas por la vagina como la orina, la mestruación y el sudor. “También esta en contacto con la ropa íntima, tampones, salva slips, compresas, productos de limpieza, espermicidas y medicamentos”, añade Keech Combe.

Mientras que el picor y la sequedad son los principales problemas que presentan, el olor vaginal y la irritación les siguen muy de cerca.

Consejos

Las zonas íntimas femeninas tienen unas características propias, que hacen que su cuidado e higiene sean diferentes a los de otras partes del cuerpo.

1.- Limpiar a diario con un jabón íntimo apropiado que elimine la suciedad fisiológica derivada en su mayor parte de la secreción sudorípara y de la proximidad al conducto urinario. La limpieza de esta zona solo con agua es complicada, ya que la partícula sucia posee una naturaleza grasa difícil de eliminar. Por ello, los productos para la higiene íntima deben estar concebidos específicamente para la higiene diaria de la región genital externa.

“Además, deben poseer una acción limpiadora muy suave, fisiológica y anti odorante que respete el ecosistema vulvo-vaginal”, explica.

El Ph del jabón intimo debe estar ajustado al valor natural de la piel vulvar, sin resecar ni producir irritaciones, para poder usarlos cada día cuantas veces se precise.

2.- No utilizar esponjas ni ningún otro complemento externo para la limpieza.

3.- Es aconsejable utilizar ropa interior de algodón.

4.- No es recomendable utilizar prendas excesivamente ajustadas en esa zona.

5.- Al limpiarse, es aconsejable hacerlo de delante hacia atrás, para evitar la contaminación bacteriana de la zona anal.

6.- Durante los periodos menstruales, cambiar el tampón o la compresa cada dos o tres horas máximo.

7.- Limpiar la zona antes y después de mantener relaciones sexuales.

8.- Evitar los rasurados de pubis para minimizar el riesgo de pequeños cortes en los labios y zonas próximas.

9.- Cambiar la ropa interior a diario.

10.- Evitar las duchas vaginales (salvo prescripción médica), ya que pueden eliminar microorganismos necesarios para flora vaginal equilibrada.

Como cualquier órgano del cuerpo humano, la zona vaginal también envejece. Con el paso del tiempo disminuye la producción de estrógenos —que desaparecen en la menopausia—, la pared vaginal adelgaza y pierde elasticidad, disminuye y el ph se vuelve más alcalino.

Desde el punto de vista más físico llega la flacidez. “Al ser una zona que se ejercita con mucho frecuencia, la vagina pierde flexibilidad y elasticidad”, dice Keech Combe, quien añade que también “se reduce el vello de la zona y aumenta el riesgo de padecer infecciones”.

Los picores y la irritación aumentan a medida que se van cumpliendo años. Existen soluciones. Los hidratantes vaginales, por ejemplo, favorece la recuperación de la flexibilidad y las elasticidad de la muscosa y piel vaginal.

“Estos productos deben de ser siempre de base hídrica porque el uso de vaselina o aceites pueden alterar e incluso a favorecer el desarrollo de microorganismo”, explica.

La mitad de las mujeres entrevistadas reconoce que la piel de la vagina envejece de manera similar a la del resto del cuerpo y son conscientes de que hay productos en el mercado para tratarlo.

Pese a eso, la vagina es la parte del cuerpo a la que menos atención se le prestan en su rutina de tratamiento diario. El 80 % trata la piel de su rostro; El 69 % la piel del cuello, el 64 la piel de las piernas.

Tan solo un 30 por ciento cuida la piel de su vagina de manera habitual, mientras casi un 30 por ciento no lo hace nunca.

“El problema más frecuente de la salud íntima de la mujer en el mundo es el picor vaginal, seguido de la sequedad vaginal o el fuerte olor”, concluye Keech Combe.