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Así recibieron a la selección de Islandia

“Vivimos un sueño, pero todo sueño acaba”. El lacónico mensaje colgado en las redes sociales por de Eidur Gudjohnssen, la leyenda del fútbol islandés, refleja el sentir de un grupo de jugadores que llegaron a Francia, hace un mes, siendo prácticamente anónimos y regresaron a su país este lunes como héroes.
Nunca una derrota ha sido tan aplaudida. La selección islandesa, que perdió el domingo en el estadio de Francia, por 5-2, y ya en el descanso sabía que tendría que hacer las valijas (4-0), fue la gran homenajeada en Saint Denis.
Por sus admirables aficionados, que volvieron a asombrar con su grito de guerra, por los seguidores franceses, que se sumaron a la fiesta, y hasta por muchos de los jugadores de Didier Deschamps, más pendientes de la grada vikinga que de su propia fiesta tras asegurar una plaza en la semifinal.
Islandia llegó hace un mes a Annecy, cerca de los Alpes, como un equipo exótico más. Se suponía que su paso por el torneo sería fugaz, más preocupado por evitar goleadas ante rivales mucho más poderosos que de pensar en la clasificación.
Y, sin embargo, se han convertido en los protagonistas.
Un soplo de aire fresco en un torneo que comenzó amenazado por el terrorismo, que fue secuestrado por los “hooligans” tras la primera jornada y, al final, recuperó la sonrisa con los milagros islandeses.
Regreso
Ahora, concluido el sueño, regresaron a Islandia donde fueron recibidos como héroes por miles de aficionados que consideran que han recuperado el orgullo de un país golpeado por la crisis bancaria o los papeles de Panamá, que provocaron la dimisión del primer ministros Olafur Ragnar Grimsson.
Su sucesor en el cargo, Gudni Johannesson, elegido en las urnas un día antes del partido contra Inglaterra, voló 24 horas después a Francia para presenciar en Niza la mayor gesta en la historia de la Eurocopa: el triunfo de su selección sobre Inglaterra (2-1).
Además, lo hizo en la grada, porque en el palco VIP explicó que no podría disfrutar del ambiente único que crean los aficionados de su país.
EFE